La nueva primavera de la UE
22 de diciembre de 2002
En la cumbre de Copenhague se cerraron las negociaciones de adhesión con los diez países que pasarán a formar parte de la Unión Europea. La ampliación del grupo constituye la materialización de un sueño largamente acariciado. Fue una carrera de obstáculos, de carácter maratónico. Pero la meta está a la vista. El 16 de abril habrán de firmarse los tratados de incorporación, en una ceremonia solemne que tendrá lugar en Atenas.
Tareas pendientes
Grecia asumirá el timón de la UE tras la exitosa gestión danesa en la presidencia de la organización. Y, aunque el gran capítulo de la negociaciones se ha cerrado por ahora, quedan numerosos detalles por resolver. El comisario europeo encargado de las materias relativas a la ampliación, Günther Verheugen, manifestó la convicción de que Atenas trabajará con la misma decisión y tesón con que lo hizo Copenhague en los meses pasados, para llevar a buen puerto las iniciativas comunitarias. En este contexto, subrayó que lo principal será tener listo a tiempo el gran tratado de adhesión, para que sea rubricado según lo previsto.
Entre las tareas relevantes que corresponderán a Grecia, Verheugen mencionó también la de propiciar el acercamiento de Rumania y Bulgaria a la Unión Europea. Y, desde luego, la de incrementar la cooperación con Turquía. Otro punto central de la presidencia griega será el de las relaciones entre la UE y sus vecinos. Además, Atenas se propone poner mayor énfasis en el tema de la inmigración, legal e ilegal.
Mirando al Mediterráneo
El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, recordó por su parte que en el segundo semestre del 2003 le corresponderá la presidencia de turno a Italia. En una entrevista con la redacción griega de la Deutsche Welle, expresó su esperanza de que Roma y Atenas puedan aunar esfuerzos por incrementar la fuerza y el peso de los países del sur.
"Espero que podamos cooperar estrechamente y que orientemos nuestra atención hacia el Mediterráneo", indicó el presidente de la Comisión de Bruselas, puntualizando: "La ampliación de la UE ha acaparado todas nuestras fuerzas. Pero ésta se refería más a Europa Central... Ahora debemos concentrarnos en las naciones del Mediterráneo. No puede ser que tengamos tantos países pobres a nuestro alrededor, cuyos habitantes se encuentran aislados. Tenemos que demostrarles nuestra profunda solidaridad".
En la Unión Europea existe conciencia de que queda mucho por hacer. Y Grecia asume el desafío con entusiasmo. El logo de su presidencia -una paloma blanca sobre fondo azul- está cargado de buenos augurios. Según explicó el ministro de Relaciones Exteriores griego, Georgios Papandreu, la paloma es un símbolo de primavera; representa la esperanza y la lucha por la libertad. Un buen estandarte para el nuevo capítulo que se inicia el 2003.