La muerte de dos periodistas de la Deutsche Welle, aún impune
20 de octubre de 2006La pareja de periodistas conocía bien Kabul, y había solicitado a un amigo suyo que les consiguiera alojamiento en la capital afgana, a precio moderado. Haider Jailani, quien recibió la solicitud, recuerda este detalle: "Christian me dijo que tenían un presupuesto limitado para el viaje. Y aquí es costumbre ayudar a los amigos".
Struwe y Fischer permanecieron dos días en Kabul. Fueron a las oficinas de Tariq Ayub, director del área técnica de la Deutsche Welle-TV en Afganistán. Durante la visita, los periodistas alemanes hablaron con Ayub sobre un documental que preparaban. Aún no tenían patrocinador, ni tema definido, pero llevaban una videocámara.
El viaje
La pareja permaneció en Kabul hasta el 28 de septiembre. Al día siguiente tomaron un vuelo hacia la localidad de Herat, a fin de entrevistar al gobernador local. Regresaron el primero de octubre. Un día más tarde pagaron la cuenta de la pensión -cerca de 500 dólares- y emprendieron el camino hacia el norte. Su destino era Masar-i-Scharif. Cerca de esta localidad, pasaron por el cuartel de las Fuerzas de Paz alemanas (ISAF) en Afganistán, y el 6 de octubre emprendieron el retorno a Kabul.
En el camino, Struwe y Fischer tomaron un camino alterno que lleva hacia la provincia de Bamiyan. Cerca de ahí se encuentran los restos de la enorme estatua de Buda que era uno de los tesoros de la humanidad, y que fue destruida por el régimen talibán. "Es también un territorio en el cual están presentes las milicias de Gulbuddin Hekmatyar", dice Ayub. Hekmatyar es un guerrillero que en su tiempo luchó contra la ocupación rusa en Afganistán, y que ahora, según se sospecha, está relacionado tanto con los talibanes como con grupos que controlan el narcotráfico local. En esa zona, la noche de ese mismo 6 de octubre, fueron asesinados los periodistas de la Deutsche Welle.
El abismo
Las informaciones oficiales sobre la investigación han sido contradictorias. El ministro afgano de Comercio, Mohammed Amin Farhang, afirmó que hay cerca de diez detenidos, cuatro de los cuales habrían tenido participación comprobada en los hechos. Pero el Ministerio del Interior desmintió rápidamente esta versión. "El auto que rentaron para el viaje aún se encuentra incautado por la policía", dice Jaliani, dueño del hostal al que llegaron Fischer y Struwe en Kabul. "Es claro que buscan robárselo. Así son las cosas aquí".
En tanto, oficiales alemanes permanecen en Afganistán para ayudar a esclarecer el doble homicidio. El robo ha sido descartado como posible móvil del ataque. Pero hasta el momento no hay pistas firmes que puedan llevar a los responsables, ni a conocer sus motivos. Todo parece perderse en el abismo de la vida oficial afgana. En Alemania, Karen Fischer y Christian Struwe ya fueron sepultados, en ceremonia sumamente discreta. Por supuesto, la Deutsche Welle seguirá investigando, e informando. No los olvidamos.