“La injusticia no puede ser mayor para los mapuches”
27 de octubre de 2014A invitación de la ONG Asociación para los Pueblos Amenazados (GfbV, por sus siglas en alemán), los comuneros mapuches Manuel Chocori y José Catrilao realizaron en octubre de 2014 una gira por Alemania, para dar a conocer la situación a la que se enfrenta su pueblo en Chile.
Manuel Chocori es el vocero de un movimiento político mapuche autónomo que reúne a comunidades indígenas en resistencia de diferentes zonas del país sudamericano. La Coordinación de Organizaciones Autónomas Mapuche de Santiago (COOAMS) se formó a finales de la década de los 90 y busca recuperar los territorios ancestrales del pueblo mapuche. Asimismo, se opone a empresas extractoras de materias primas que invaden y contaminan sus tierras.
“El Estado chileno ha salido en defensa de los empresarios que se encuentran en territorio mapuche. Nuestra lucha de resistencia es criminalizada con la aplicación de las leyes más drásticas heredadas de la dictadura. Nuestros territorios están militarizados. Nos vemos obligados a alzar nuestra voz, porque la injusticia ya no puede ser mayor para nuestro pueblo. Hemos sido tildados de terroristas por defender nuestro territorio”, advierte Chocori en entrevista con DW.
Falta de voluntad política
La COOAMS surgió como respuesta a la falta de soluciones efectivas por parte del Estado chileno. Su vocero explica que se trata de un proyecto ajeno a partidos políticos, instituciones eclesiásticas y organismos no gubernamentales. De forma pacífica, los integrantes luchan por recuperar y defender sus tierras por sus propios medios.
“Hoy día, nuestra gente que vive en zonas recuperadas tiene una mejor calidad de vida, algo que no ha podido solucionar el Estado. Este ha intentado detener nuestra movilización con múltiples proyectos asistenciales y paternales que no solucionan el problema de fondo. Los mapuches necesitamos la tierra para sobrevivir, para que se perpetúe nuestro pueblo”, dice Chocori.
Según el comunero, tanto al actual gobierno de Michelle Bachelet como a los gobiernos anteriores les ha faltado voluntad política para resolver el conflicto. “Se ven entrampados al momento de legislar, porque sus campañas son financiadas por empresas particulares y trasnacionales”. Chocori asegura que el gobierno de Bachelet responde a los intereses del empresariado e incluso acomoda leyes para que éste pueda realizar proyectos de inversión. Como ejemplo toma el megaproyecto hidráulico Hydroaysén, que el gobierno chileno rechazó en 2014: “Si bien hoy día está paralizado, se están cambiando las leyes ambientales, a la larga igual se contruye. Es una artimaña que Chile aplica cada vez que se ve frenado en inversión”.
Derogar ley antiterrorista
En Bruselas y Berlín, Chocori y Catrilao se reunieron con políticos del Parlamento Europeo y diputados alemanes, a quienes plantearon sus demandas. “Le hemos pedido a las autoridades políticas de Europa que presten atención al tipo de inversión que hacen las empresas de esa región en territorio mapuche, y que fomenten el uso de energías renovables”, cuenta el vocero indígena.
Asimismo, pidieron que se condene la aplicación de la ley antiterrorista a activistas mapuches. “Hoy día se está modificando y maquillando esa ley. Si bien se dejará de llamar ley antiterrorista, dará mayores facultades a la policía y a los tribunales para que investiguen y determinen culpabilidades”.
Chocori cuenta que desde el año 2012 ha aumentado la militarización en territorio mapuche. Día y noche agentes policiales y militares realizan patrullas por tierra y aire en las zonas de conflicto, mientras que aviones no tripulados recaban información. El vocero afirma que, además, ha reaparecido un comando paramilitar, apoyado por terratenientes. “Eso nos preocupa, porque insistimos en que la violencia solo genera más violencia y que no es la forma de solucionar este conflicto, hay alternativas”.
Finalmente, el comunero mapuche señala que la situación de su pueblo no mejorará mientras no se cambie la Constitución del país, puesto que ésta no acepta más que un solo pueblo en territorio chileno. “Si se cambia la Constitución, se podrían integrar los pueblos originarios, y tenemos la esperanza de que ese sea el inicio de un cambio y de una mejora”.