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La Fura dels Baus: el arte debe recuperar su sitio

Itzel Zúñiga
2 de noviembre de 2022

La Fura dels Baus creó un montaje ex profeso para los 50 años del Festival Internacional Cervantino. Su director artístico, Pep Gatell, habló con DW desde México sobre esta obra-homenaje y el rezago del arte.

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Actuación de la Fura dels Baus
Una presentación de La Fura del Baus (junio de 2021).Imagen: Jesus Diges/EPA-EFE

Después de tiempos de encierro, incertidumbre y presentaciones digitales, la Fura dels Baus fue parte de la vuelta a la nueva normalidad que ha enmarcado la edición de oro del Festival Internacional Cervantino, el más importante de América.

Y lo hizo con uno más de sus innovadores montajes, titulado "En un lugar de Guanajuato…”, un homenaje a la ciudad minera mexicana que desde 1972 ha reunido a lo más destacado de la cultura universal bajo la figura de Miguel de Cervantes.

El estreno mundial del espectáculo "experimental, interactivo e irrepetible” -por ser demasiado local- se realizó el 14 y 15 de octubre, en la explanada Los Pastitos.

Los más de 10.000 asistentes nunca dejaron el celular por dos causas: para captar el momento y el uso de una aplicación hecha por la Fura con contenidos complementarios.

Al término de la presentación, Pep Gatell, uno de los fundadores de la mítica agrupación catalana, que tuvo su origen en 1979, compartió su opinión sobre diversos temas.

DW: "En un lugar de Guanajuato…” marcó el debut de la Fura en el Festival Internacional Cervantino. Fue un espectáculo más lúdico. ¿Cómo surgió la idea de hacer un guiño a la ciudad?

Pep Gatell: El guion es un poco el ADN, la historia de Guanajuato desde un punto de vista artístico, con un componente de performance. La inspiración vino de una visita técnica en enero, de haber escuchado a un cronista durante casi tres horas. Nos explicó todas las anécdotas y quisimos que la gente las reviviera como si fuera un acto sacramental. Desde las minas, el encuentro y la salida de los españoles, la inundación de 1973 o los túneles.

Con la dinámica de la nueva normalidad ¿qué retos implicó el montaje?

La producción fue una locura. Tuvimos problemas logísticos, no pudimos transportar nuestra escenografía, entonces se construyó todo en México. Trajimos catorce personas y cuatro cajas. Fue un trabajo codo a codo, una producción totalmente mexicana. Con la aplicación Kalliope 2 quisimos crear una segunda narrativa del espectáculo para que se entendiera mejor, para que la gente interactuara con videos, textos o música. Más allá de un espectáculo ha sido un experimento ciudadano, de ver cómo funcionaba este híbrido entre lo digital, lo físico y la interactividad.

Los cambios sociales o globales ¿cómo han permeado el proceso creativo de la compañía?

La Fura está atenta a los tiempos, como del mercado. Al principio era un grupo de culto para cuatro personas, era muy underground, te provocaba rechazo o te gustaba. Nosotros conseguíamos poner a las personas en un estado muy alerta porque ver un espectáculo nuestro era como atravesar una autopista, tenías que correr. Poco a poco hemos entrado a la ópera, al cine y, sobre todo, ha venido gente con talento. Hemos crecido como personas, somos una gran familia que ha crecido como artistas que nos han enseñado a descubrir nuevas disciplinas, lo cual hace que la Fura evolucione también.

Parece que las artes escénicas y la creación hoy en día enfrentan múltiples desafíos.

Antiguamente el arte era el que cambiaba el pensamiento crítico de la sociedad y ahora lo cambian la ciencia y la tecnología. Son los que dicen qué tenemos que hacer y cómo pensar. El arte tiene que recuperar el sitio que tuvo y no lo está haciendo, se está quedando atrás, se está museando. El futuro está en la ciencia y la tecnología.

Los científicos han empezado a entender que necesitan tener artistas al lado suyo para quitarles ese encorsetamiento que debe tener la ciencia. En la ciencia hay fracasos, pero en el arte el fracaso no se entiende. El arte tiene que dialogar e interactuar con otros campos para avanzar. Sin embargo, creo que no hay que entrar en el abandono ni en la negatividad porque lo que no puede ser es que la cultura desaparezca. Entonces, por mucho que nos cueste, tenemos que continuar; si no, la sociedad morirá.

¿Dónde descubrir nuevos lenguajes transdisciplinarios?

Con nuevas formas y nuevos formatos o trabajando. Hacer cine te enseña unos, la ópera te enseña otros, crear para 70 o 500 mil personas también. Hemos evolucionado todo este tiempo y somos también curiosos con la tecnología, pues ahora estamos con las inteligencias artificiales. Nos gusta la innovación y esto ha provocado sobre todo lenguajes directos. Invitar a la gente al escenario es algo que provoca porque las cosas pasarán a tu alrededor, porque no estarás sentado en una silla criticando lo que estás viendo, lo estas viviendo y punto.

Ustedes son producto de la contracultura, de la libertad tras la muerte de Franco, pero también de otros países.

Lo que creo es que estamos adelantados a nuestro tiempo. En 1995 nosotros ya hacíamos videoconferencias en espectáculos, algo que no entendía nadie. Se planteaba que era el futuro, pero nosotros lo proponíamos como arte, ni los propios técnicos que trabajan con nosotros entendían qué estábamos haciendo, por lo tanto, ir contracorriente no siempre es ser revolucionario o antisistema.