Ruanda se ha convertido en un centro atractivo para las inversiones extranjeras. Poca burocracia, poca corrupción, según un informe del banco mundial y un pronóstico de crecimiento de un 7 por ciento para 2013. Pero Ruanda todavía tiene obstáculos por superar: los cortes energéticos, por ejemplo, dificultan la producción empresarial. Será necesario además desarrollar la red de transportes.