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Jung Afganistan

27 de noviembre de 2009

El ex ministro de Defensa, Franz-Josef Jung, asumió las consecuencias de las irregularidades en la información sobre el bombardeo de septiembre a milicias talibanes. Entregó su nueva cartera como ministro de Trabajo.

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En realidad, Franz-Josef Jung nunca fue apto para ser ministro. Cuando en el año 2005, sorpresivamente, asumió como ministro de Defensa en el Gobierno de la canciller Angela Merkel a los observadores políticos les quedaba claro que este nombramiento poco tenía que ver con su capacidad o sus conocimientos de la materia. Se debía más bien a ciertas reflexiones de política partidista al interior de la Unión Cristianodemócrata.

A Jung se lo tenía como el príncipe heredero del influyente primer ministro de Hesse, Roland Koch. En el año 2000 tuvo que dimitir en el Gobierno regional debido al escándalo de las donaciones al partido. Con ello asumía la responsabilidad por un escándalo en el que muchos analistas veían más bien la firma de su entonces amigo y patrocinador Koch. En septiembre de 2005, la lealtad de Jung fue recompensada a la vez que servía como representante de los intereses de Koch en Berlín.

Un papel convincente no fue el de Jung durante su mandato. Mal orador, político inseguro, ministro que no logró tener autoridad ni ganarse la confianza. Cuando en octubre de 2006, los barcos alemanes que navegaban frente a las costas libanesas durante la misión de Naciones Unidas fueron atacados por aviones de combate israelíes, Jung no estimó conveniente cruzar con Israel algún comentario aclaratorio. Sólo esto hubiese sido suficiente para exigir su dimisión.

El ataque del Ejército alemán, el 4 de septiembre, a dos camiones cisterna robados por las milicias talibanes puso otra vez en apuros, pocos días después, al ministro. En el bombardeo habían muerto 142 personas, entre ellas un número desconocido de civiles.Incluso niños había entre las víctimas, afganos que se habían aproximado a los camiones que se habían quedado atorados en las dunas.

Para su valoración de los hechos –que la mayoría de víctimas habían sido talibanes- Jung se basó en fuentes afganas. Apenas ahora se da a conocer que el 9 de septiembre circuló un informe de la Policía Militar Alemana que hablaba de víctimas civiles. Este informe fue pasado por Jung, a instancias del inspector general, a la OTAN. Jung no lo leyó. Y demostró lo que se suponía: una mala ejecución de su cargo. Con ello, Jung se descalifica para ejercer una nueva cartera.

Pero no sólo el ex ministro Jung ha quedado mal. Tampoco la canciller alemana, Angela Merkel, mostró su mejor lado. Si bien se distanció claramente de su ministro, no llegó a despedirlo. Esto a su vez demuestra la falta de la fuerza directriz que los ciudadanos esperan de ella.

Autor: Bettina Marx
Editor: José Ospina