La dictadura chavista se divisa

Invertir en eficiencia

The Times, Londres: “Los aeropuertos británicos estaban advertidos. Desde hace semanas se anunciaban severas nevadas. ¿Por qué llevó tanto quitar la nieve de las pistas?¿Por qué aún un día después de las nevadas no se podía aterrizar aún en Heahtrow? ¿Por qué no se informó a los pasajeros? Si en Gran Bretaña se quiere estar preparado para afrontar condiciones meteorológicas extremas al igual que en Estocolmo y Moscú, es necesario invertir una gran cantidad de dinero en máquinas y aparatos que quizás no se necesiten los próximos seis años. Ello puede ser un argumento contra el gasto de dineros públicos, pero no es válido para los operadores de aeropuertos privados, que están obligados a gastar dinero para asegurar un servicios eficiente, porque de ello depende su negocio”.

Eufemismo de control absoluto

El País, Madrid: “El presidente venezolano Hugo Chávez gobernará por decreto durante los próximos 18 meses, ignorando los resultados de las legislativas de septiembre, en las que no alcanzó los dos tercios de escaños necesarios para aprobar leyes fundamentales. Para obtener esas competencias, prácticamente dictatoriales, el líder bolivariano hizo aprobar al Parlamento saliente una ley habilitante que limita los poderes de la nueva Asamblea -que entrará en funciones el 5 de enero- y que le habría negado esa libertad de acción. (…)Todo un programa directamente encaminado a sentar las bases del socialismo del siglo XXI, eufemismo del control absoluto de los mecanismos del poder, especialmente a la vista de las presidenciales de 2012. Los recientes resultados electorales podían hacer temer a Chávez que la orgía de elecciones ganadas desde 1999 estuviera tocando a su fin. La dictadura chavista se divisa ya y no precisamente en la lejanía. La ofensiva bolivariana enfila su última recta.

Bielorrusia aún no está perdida

Rzeczpospolita, Varsovia: “Occidente no debe tomar medidas radicales contra Lukashenko. (…) Bielorrusia no es el único país al este de la Unión Europea en el que existen dudas acerca de los resultados de las elecciones. No obstante, Occidente habla con los jefes de Estado de esa región y hacen negocios con ellos. En el este hay un país en el que la milicia ataca a una crítica del régimen de 82 años de edad y ello no lleva a un empeoramiento de las relaciones con la Unión Europea. Lukashenko ha cometido muchos pecados. Algún día, los propios bielorrusos lo llamarán a rendir cuentas. Durante su presidencia, el país ha fortalecido su soberanía. No es para nadie un interlocutor fácil ni lo será próximamente. Occidente debe evaluar cuidadosamente si es sensato darle las espaldas a Lukashenko. Pero de ninguna manera puede dejar solos a los bielorrusos. Bielorrusia aún no está perdida para el mundo occidental”.

dpa
Editor: Pablo Kummetz