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La cara graciosa de la campaña

24 de septiembre de 2002

En tiempo de elecciones, los graffiti cobran un especial interés. A más de un candidato le crece la barba mágicamente. Un instituto de Viena analiza los graffiti y los muestra en su página de internet.

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El canciller alemán, Gerhard Schröder, con anteojos.Imagen: AP

¿Tiempo para pasteles? ¿Berlín elige la cárcel? Suenan un tanto raros los lemas en los carteles electorales que por semanas dominaron las calles de la capital alemana Berlín. Pero estos lemas son el producto de ingeniosos berlineses. El mensaje original del cartel con la leyenda: ¿Tiempo para pasteles?, de la Unión Cristiano Demócrata, decía en realidad "Tiempo para obras". La palabra alemana pastel "Torten", se parece a la palabra actuar, "Taten", y algún vivo no pudo dejar de darle su nota personal.

Y lo que originalmente decían los Verdes en su cartel ¿Berlín elige la cárcel?, era en realidad "Berlín elige a Künast" a su candidata Renate Künast, actual ministra de agricultura, cuyo nombre con sólo quitarle una letra, se convierte en "Knast" que significa cárcel en alemán.

Los romanos ya los conocían

Lo que para unos no es más que un acto de vandalismo, para otros es arte e incluso una expresión política: los graffiti. Ahora, después de las elecciones generales, poco a poco desaparecerán de las ciudades, pero no sin haber hecho reír a mucha gente.

Los graffiti no son cosa nueva, existen desde la Antigüedad. En Pompeya, la famosa ciudad romana destruida por la erupción del Vesuvio, hasta el día de hoy fascinan a los turistas. El Instituto para la Investigación de los Graffiti, IFG, con sede en Viena, los llama "la forma de comunicación más antigua de la humanidad". Su archivo posee una amplísima documentación con más de 20.000 fotos de graffiti.

Enorme variedad

El fotógrafo Norbert Siegl es sin duda un experto en graffiti. Durante dos semanas recorrió las calles de Berlín con la cámara fotográfica en mano, en busca de carteles electorales "enriquecidos" de una u otra manera. Hay una enorme variedad y diferentes tipos de graffiti. Los más comunes son los bigotes, que se encuentran por todas partes, inclusive en las fotos de las candidatas femeninas.

Y si algo no les falto a los alemanes, fueron las ideas para "mejorar" los carteles electorales, ya fueran de los candidatos de gobierno o de la oposición. "Stoiber peina" ("Stoiber kämmt") en vez de "Stoiber viene" ("Stoiber kommt") se leía en un cartel del candidato conservador, en otro el canciller Schröder asomaba con nariz roja y anteojos.

En un mundo en el cual las campañas electorales se deciden cada vez más por vía televisiva, surge la pregunta sobre el sentido de los anuncios electorales. Tan sólo en Berlín los partidos políticos gastaron en la campaña electoral de hace cuatro años, más de dos millones de euros en papel y pegamento. Pero, seamos sinceros, sin los grandes carteles adornado las calles, algo faltaría.