La boda de Gülcan y la riña por el rating

La glamorosa novia parecía Cenicienta en su carroza blanca, una antigüedad jalada por caballos. Gülcan Karahnci llevaba un vestido diseñado por el italiano Carlo Pignatelli, que bajaba en un pronunciado escote por la espalda para rematar en un corazón cuajado de cristales Swarovski. También el novio robó camaras al llegar en un Lamborghini decapotable, Sebastian Kamps, vestía un elegante traje negro.

Que las telenovelas han sido descubiertas en Alemania por la televisión comercial, incluso por la de derecho público, no es ninguna novedad. Pero seguir a una pareja que se ha comprometido hasta el día de su boda es una idea que se pone en práctica para levantar el rating televisivo. Desde el 19 de junio pasado, la presentadora de televisión de origen turco, Gülcan Karahnci y su prometido, Sebastián Kamps, heredero de un poderoso grupo panadero, son seguidos paso a paso por cámaras de televisión. “La boda de ensueño de Gülcan”, como se llama la serie, lleva ya siete capítulos transmitidos y ha sido producida por el canal privado bávaro, ProSieben.

Mejora el rating

Aunque las transmisiones de los preparativos no alcanzaron la cuota esperada del, 12% en el grupo de televidentes de 14 a 49 años, la boda superó las espectativas alcanzando un 18,6%. El grupo afirma que tras la boda no continuará la serie, pero antes de que comenzaran las transmisiones, corrían rumores sobre seguir filmando la vida matrimonial de la pareja hasta que naciera el primer hijo. Antes de la boda de Gülcan, ProSieben siguió con notable éxito los preparativos del matrimonio de la cantante de pop Sarah Connor y Marc Terenzi. “Sarah & Marc in Love” fue vista por 2,64 millones de televidentes en el 2005.

Adicionalmente surgieron algunos problemas en el camino. Los organizadores tuvieron que borrar de la lista de invitados a la boda ni más ni menos que al padre del novio, el magnate panadero, Heiner Kamps. No porque le pusiera los pelos de punta que su hijo se casara en vivo ante las cámaras, no, Kamps informó que no podría asistir debido a un viaje en el extranjero. En cambio si se vio en las pantallas a la hermana del millonario heredero, Judith, quien viajó desde Estados Unidos a la boda de su hermano.

Minuciosos preparativos

Inicialmente la boda se llevaría a bordo del barco escuela de vela, Passat, pero los planes tuvieron que echarse por la borda. La estridente y parlanchina novia optó al último minuto por una ceremonia en un hotel. Dijo que no era el menor precio la consideración principal. ¿Sería tal vez el riesgo de mareo? Dos horas y quince minutos duró la transmisión de la ceremonia en el Columbia Hotel de Travemünde, ciudad natal de la novia, que fue preparada con minuciosidad.