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Libia: salvando un bosque en medio del desierto

Hendia Alashepy
13 de julio de 2021

Una década de conflicto e inestabilidad en el país nordafricano no solo ha hecho mella en la población, sino también en la naturaleza. ¿Podrán los ecologistas salvar Al-Jabal al-Akhdar, un bosque rodeado de desierto?

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Vista aérea de Libia.
Imagen: Oliviero Olivieri/robertharding/picture alliance

Mientras que Libia lleva una década asolada por los conflictos entre diversos grupos políticos y armados, otra lucha ha hecho estragos al mismo tiempo: la batalla por preservar el pedazo de tierra más verde de Libia.

El estado nordafricano, casi totalmente desértico, alberga una zona boscosa única, atravesada por varios valles. Se conoce como Al-Jabal al-Akhdar, o la montaña verde. La meseta montañosa se extiende unos 350 kilómetros a lo largo de la costa mediterránea entre Bengasi y Derna, en el noreste de Libia, y es conocida por su diversidad vegetal. El 70 por ciento de la flora libia, así como varios yacimientos arqueológicos, se encuentran aquí.

Un viejo problema agravado por el conflicto

Se calcula que Al-Jabal al-Akhdar tiene una superficie de unas 943.000 hectáreas y casi la mitad está cubierta de bosques, según el centro gubernamental de estudios agrícolas. Sheikha Sallam, jefa de comunicación del centro, afirma que entre 2005 y 2019 la zona perdió unas 14.000 hectáreas de bosque. El ritmo de pérdida se aceleró tras 2011, ya que la inestabilidad política del país animó a más personas a embarcarse en construcciones y talas no planificadas.

Camellos en el desierto de Libia.
La montaña verde es un aérea de bosque rodeada por el desierto.Imagen: Fischer/Bildagentur-online/picture alliance

"El deterioro de la situación de seguridad y la propagación de las armas y el caos, así como la falta de recursos de la población, llevó a muchos a recurrir a la tala de árboles para vender madera”, explica Sallam.

La guerra de Trípoli de 2019 empeoró aún más la situación. Con las fuerzas armadas ya diezmadas por operaciones anteriores, el Ejército Nacional Libio (LNA, por sus siglas en inglés), con sede en el este, comenzó a reclutar personal policial, dejando la región con aún menos fuerzas de seguridad, según el mayor Saed Yoins, jefe de la unidad de patrullas de la policía agrícola de Al-Jabal al-Akhdar, que vigila los bosques.

Multas y denuncias policiales

La policía confirma un número creciente de denuncias por la tala de árboles.

"Solo en lo que respecta a la localidad de Shahhat, en las montañas, recibimos más de 100 denuncias entre 2018 y 2020 por la tala de más de 9.000 árboles, incluyendo especies en peligro de extinción”, aclara Yoins. Añade que la tala de árboles suele dispararse antes de la Celebración del Sacrificio, conocida como Eid al-Adha, cuando aumenta la demanda de carbón y barbacoas.

Zona sin árboles en Al-Jabal al-Akhdar, Libia.
Un área talada en Al-Jabal al-Akhdar, Libia.Imagen: Ahmed Zeidan

A pesar de las denuncias presentadas, las fuerzas del orden de la región están mal equipadas para enfrentarse a los infractores, la mayoría de los cuales suelen estar fuertemente armados. "Las armas están muy extendidas en la región. A veces, cuando intentamos detener a los delicuentes, nos encontramos con fuertes disparos”, explica Yoins.

La ley libia sanciona la quema o tala de árboles con una multa de entre 500 y 1.000 dinares libios (entre 93 y 186 euros). "La pena no se corresponde con el daño causado por estas acciones”, lamenta Sallam.

Los lugareños sufren las inundaciones y el calor

La población local ha sentido el impacto directo de los cambios medioambientales en los últimos años. Según la oficina del Ministerio de Asuntos Sociales en al-Bayda, una de las mayores ciudades de la región de Al-Jabal al-Akhdar, 85 casas fueron destruidas y cientos dañadas por las inundaciones repentinas de 2019.

Inundaciones repentinas en Libia en 2019.
Cientos de hogares en Al-Bayda fueron afectados por inundaciones repentinas en 2019.Imagen: Mohamed al-Qat’ani

La región es la parte más húmeda de Libia. Aquí, las precipitaciones pueden alcanzar hasta 600 milímetros anuales, frente a los 50 milímetros del resto del país.

La deforestación se considera una de las principales causas del creciente riesgo de inundaciones. "Donde se han talado árboles, el suelo no puede absorber la lluvia tan bien como antes. Esto hace que el agua fluya hacia las zonas residenciales durante las fuertes lluvias, ya que la actividad humana ha alterado el drenaje natural de los valles”, afirma Abd-al-Sallam Quwaider, activista e investigador medioambiental. 

Recientemente, los vecinos de la zona también se han quejado del aumento de las temperaturas.

"La consecuencia más grave de la deforestación es el aumento de las temperaturas en verano. Los árboles ayudan a refrescar, sobre todo, porque sufrimos regularmente cortes de electricidad”, añade Abdallah Saleh al-Aqouri, profesor de la escuela Qasr Libya de Al-Jabal al-Akhdar.

Como consecuencia de las altas temperaturas, la zona también sufrió incendios forestales a principios de este mes.

Mujeres vestidas de rosa plantando árboles en Libia.
Mujeres plantando árboles como parte de los esfuerzos de reforestación en Libia.Imagen: From Earth To Sea

La sociedad civil inicia la reforestación

Ante estas amenazas, organizaciones civiles iniciaron en 2018 una serie de campañas de reforestación en Al-Jabal al-Akhdar. Ya se han plantado más de 4 millones de árboles jóvenes, o plantones, según la Fundación de Vida Silvestre del Líbano, Libyan Wildlife Trust, una de las asociaciones implicadas.

"La mayoría de las campañas tienen éxito, sobre todo, si la plantación se realiza en la estación adecuada del año”, afirma Ahmed al-Qaydi, director de la Libyan Wildlife Trust.

Junto con las campañas de reforestación, estas organizaciones empezaron a celebrar talleres en las escuelas para concienciar sobre la tala de árboles y enseñar a los alumnos a plantar y conservar las plántulas, en un intento de implicar a más gente en la conservación.

"La respuesta suele ser bastante positiva y la gente dona dinero o plantones. Los vecinos de la zona son bastante conscientes de la importancia de Al-Jabal al-Akhdar. Solo necesitan que alguien tome la iniciativa y marque el camino”, añade al-Qaydi.

Los esfuerzos de reforestación son todavía limitados, ya que la mayoría de las organizaciones dependen de donaciones y no tienen suficientes recursos para cubrir toda la zona, pero la iniciativa está ganando terreno.

Un hombre sosteniendo un plantón en Libia.
La ONG From Earth To Sea ha realizado talleres en 21 escuelas desde 2020.Imagen: From Earth To Sea

El año pasado, miles de personas se unieron a un grupo de Facebook creado por varios académicos y activistas medioambientales para concienciar sobre el impacto negativo de la intervención humana en la zona.

Esperanzas puestas en el nuevo gobierno

A pesar de estos esfuerzos, las iniciativas civiles reconocen que el ritmo de reforestación no está a la altura de los daños. Consideran que dotar a la unidad de policía agrícola con todos los recursos necesarios como vehículos, armas y personal es crucial para salvar Al-Jabal al-Akhdar.

En abril de este año, tomó posesión un nuevo gobierno libio de unidad nacional. Al-Jabal al-Akhdar no es una de las principales prioridades del nuevo gobierno, que se enfrentará a un sinfín de retos.

Sin embargo, Faiz Sate, director de la organización ecologista libia De la Tierra al Mar (del inglés, From Earth to Sea), cree que "la mera presencia de un gobierno único que dirija todo el país y confiera poderes a la policía para desempeñar su papel se reflejará positivamente en las campañas de reforestación, ya que reducirá el índice de delitos en todas sus formas”, explica.

Este artículo ha sido redactado en colaboración con Egab.

(ar/ers)

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