Líbano - Un país rehén

En el Líbano ya no se toma ninguna decisión política de importancia sin Hezbolá, el "partido de Dios" chiíta. Desde el final de la guerra civil en 1990, el país está marcado por diversos grupos étnicos y confesiones, y ha estado expuesto a crecientes divisiones políticas. Ahora, Hezbolá, financiado y apoyado por Irán, amenaza con desestabilizar el país y la región. Como partido político tiene dos ministros en el gobierno. El primer ministro sunita Saad Hariri depende de la buena voluntad de Hassan Nasrallah, el secretario general de Hezbolá, sobre todo porque la milicia islamista es sustancialmente más fuerte que el ejército libanés. En sus impresionantes discursos, Nasrallah no solo amenaza a Israel, sino también a EE. UU. Israel ve en Hezbolá la prolongación del brazo de su archienemigo Irán. Desobedeciendo una resolución de las Naciones Unidas, Hezbolá almacena armas en el sur del Líbano y ha cavado varios túneles que llevan hacia los territorios israelíes. Una nueva guerra entre Hezbolá e Israel destruiría por completo el Líbano y también causaría daños considerables en Israel. Las tensiones entre EE. UU. e Irán aumentan el peligro de conflicto. El reportaje muestra cómo Hezbolá ha expandido hábilmente su poder en los últimos años y se ha convertido en un Estado dentro del Estado. No obstante, hay una fuerte resistencia. Las fuerzas civiles intentan superar los conflictos religiosos y encontrar nuevos caminos por medios democráticos.