Köhler: un presidente impetuoso

Los alemanes tienen un nuevo presidente federal impaciente, que presiona. Horst Köhler no es un patriarca sosegado, que todo lo comprende. Es alguien que impulsa, que quiere promover cambios, que desea resultados. Es un hombre que ha tenido éxito y responsabilidades, que se propone animar a otros a rendir. El discurso que pronunció al asumir el cargo contuvo un doble mensaje: El primero: no podemos seguir así. El segundo: podemos lograrlo, si nos lo proponemos.

Hora de actuar

Muchos de los problemas que afligen a los alemanes son conocidos desde hace décadas: el envejecimiento de la población, la sobrecarga de los sistemas de seguridad social, los largos tiempos de estudio y el exceso de burocracia. El parlamento, los partidos políticos y diversos grupos sociales discuten desde hace mucho cuáles pueden ser las soluciones. En múltiples debates se han analizado los pro y los contras desde todos los ángulos. Pero nada ocurre. "Todos esperamos", constató el presidente Köhler con una fina ironía. Y también expuso por qué Alemania aguarda y no actúa: porque todos se aferran a lo que tienen y temen al fracaso.

Horst Köhler se propone contribuir a que eso cambie. Quiere poner en discusión los privilegios y dar valor a la gente para emprender la renovación. De seguro eso provocará roces. A nadie le gusta que lo saquen del ritmo acostumbrado; nadie cambia con gusto la comodidad de su propio nicho por el vendaval de un futuro incierto.

Visión de conjunto

Es posible que Horst Köhler no sea bien comprendido. La gente prefiere eludir exigencias desagradables, simulando no entenderlas o entender algo diferente. Desde ya, los sindicatos alegan que el nuevo presidente federal no debe representar sólo al sector económico, como si Köhler no les hubiera dicho también claramente un par de verdades a los empresarios egoístas y avaros.

Las asociaciones y grandes gremios, por importantes que sean, deben defender sus propios intereses. El presidente federal, en cambio, debe tener presente el conjunto. Él ha jurado trabajar por lograr el bien de los alemanes y protegerlos de sufrir daños. Por eso, todos aquellos a quienes les importa el bien del país, deberían escucharlo a él más que a las organizaciones que representan intereses parciales. Las advertencias de Köhler pueden ser ingratas, pero son honestas. Son producto de las profundas convicciones de un hombre que no oculta que ama a este país.