Juventud, ¿divino tesoro?
8 de octubre de 2003
El mundo tiene actualmente la generación joven más numerosa de todos los tiempos. Eso en sí no sería motivo de alarma, considerando todas las bondades de la juventud. El problema radica en que la gran mayoría de ellos, el 87%, vive en países en vías de desarrollo y muchos no cuentan siquiera con las condiciones mínimas para desarrollarse.
Crisis global en ciernes
"Tendremos una crisis global si ignoramos las necesidades de los jóvenes", advirtió la directora del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Thoraya Obaid, al presentar el informe correspondiente al 2003. Esas palabras cobran toda su magnitud si se analizan las cifras contenidas en el documento. Basten algunos datos para graficar la situación: Más de 13 millones de niños menores de 15 años han perdido a uno o ambos padres como consecuencia del SIDA; aproximadamente 250 millones de niños viven en la calle. 57 millones de jóvenes varones y 96 millones de niñas se encuentran sumidos en el analfabetismo.
Ante este panorama, la educación y la salud son los principales temas a abordar, como lo recalcó también la ministra alemana de Cooperación Económica, Heidemarie Wieckzorek-Zeul, al presentar el informe en Berlín. Preocupa, sobre todo, la falta de información en materia sexual y sus consecuencias, como embarazos no deseados o el riesgo de contraer el virus VIH. Otra vez la dura realidad de las estadísticas: cada año se convierten en madres aproximadamente 14 millones de adolescentes; y cada 14 segundos, un joven se contagia de SIDA.
Compromisos incumplidos
Estos problemas ya fueron discutidos intensamente en la conferencia sobre población mundial realizada en El Cairo en 1994. En ella se aprobó un programa de acción, que consagraba el derecho de los jóvenes a la educación sexual y a tener acceso a métodos anticonceptivos. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado la polémica al respecto. Con la llegada al poder de George W. Bush, Estados Unidos se sumó al bando de los críticos, suspendiendo sus pagos al Fondo de Población de la ONU. La propuesta estadounidense para los jóvenes es la abstinencia.
Alemania, por su parte, respalda al organismo de Naciones Unidas y a ONGs que cooperan con él, con sumas cercanas a los 21 millones de euros anuales. Además aporta al año 120 millones de euros para proyectos en materia de salud y planificación familiar. Otros 190 millones de euros se destinan a la educación.
Iniciativas no faltan, pero sí dinero para financiarlas. En consecuencia, el Fondo de Población de la ONU exhortó a los países industrializadas a cumplir los compromisos contraídos en 1994. De los 6 mil millones de euros prometidos en esa oportunidad, ni siquiera la mitad se ha entregado efectivamente.