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¿Juguemos al zoológico?

ERS25 de junio de 2007

Docenas de juegos aparecen cada año en el mercado alemán. Pero pocos llegan a convertirse en clásicos. Una buena oportunidad de lograrlo la tiene "Zooloretto", elegido como el "Mejor juego del Año" 2007.

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El ''Juego del Año'' 2007 y su orgulloso autor, Michael Schacht.Imagen: AP
Aunque tengan que enfrentar una competencia cada vez más fuerte de los juegos electrónicos, los tradicionales tableros en que a veces se reúne la familia entera a competir en destreza o suerte no pasan de moda. Pero también estos juegos evolucionan al ritmo de los tiempos y cada año hay docenas de novedades en el mercado alemán. Tanto, que la gente agradece una ayuda a la hora de elegir. Y una buena brújula es la selección del "Juego del Año", que esta vez favoreció a "Zooloretto", una aventura en la que cada jugador se convierte en director de zoológico.

Estrategia y algo de suerte

La idea nació mucho antes de que la llegada al mundo del osito Knut pusiera en primera plana al Zoológico de Berlín y, de rebote, incrementara el interés por los zoológicos en general. Prueba de ello es que el animal símbolo del "Juego del Año 2007" no es un osito polar, sino un panda, debidamente retratado en la caja. No obstante, el juego atrajo la atención de los expertos que conforman el jurado, debido a que combina reglas fáciles con desafíos estratégicos y también algo de suerte.

La meta de Zooloretto es atraer a la mayor cantidad de visitantes al zoológico de cada jugador. Para eso debe reunir animales exóticos y salvajes, pero, a la vez, debe velar por tener el espacio necesario para albergarlos sin tener que meterlos en corrales, lo cual resta puntos. El "director" puede evitarlo, ampliando su zoológico. Y también puede tomar otras varias decisiones, como instalar puestos de venta en determinados puntos. En suma, las posibilidades son muchas y también logran entusiasmar a los adultos. El hecho de que trate de un clásico juego familiar fue uno de los factores que tomaron en cuenta los responsables de este premio de la crítica, que se entrega desde hace 29 años.

Los más chicos y los mayorcitos

Sólo seis años tiene en cambio la historia del Premio de Juegos Infantiles, que esta vez recayó en "Beppo, el chivo", concebido para niños a partir de los 5 años de edad. El juego consiste en llevar a figuritas de madera por un sendero de regreso a casa, para lo cual deben salvarse de las furiosas embestidas de Beppo, provocadas mediante un imán y una bolita de metal.

Para los creadores de los juegos premiados y las empresas que los fabrican, los galardones no constituyen sólo un orgullo, sino también una garantía de éxito de ventas. Esa es una gran ventaja en un mercado que ha tenido dificultades en los últimos años en Alemania y que en 2006 se contrajo en casi un 2%. No obstante, el negocio de los juegos en general sigue moviendo un volumen importante de dinero, cifrado en más de 2.500 millones de euros. Y los cerebros creativos siguen funcionando sin tregua para buscar nuevas variantes y también nuevos segmentos de público. Por ejemplo, en vista de la decreciente tasa de natalidad, ahora se ha descubierto que la generación de más de 40 años de edad es un buen cliente potencial y ya comienzan a surgir juegos dirigidos especialmente a ese segmento, como uno llamado "¿Te acuerdas?", que consiste en ordenar cronológicamente diversos acontecimientos. Y, quien sabe... quizá el "Juego del Año2008" sea uno para abuelitos... que también resulte entretenido para los nietos.