El ser humano y la tecnología
16 de septiembre de 2016Heinrich Popow está sentado en el estadio olímpico de Río de Janeiro mirando la pista de atletismo. Cuando no participa en las competiciones, apoya a sus colegas del equipo alemán. Su prótesis hecha a medida, diseñada en una computadora y puesta a punto tras docenas de cambios, es una rodilla hidráulica de metal y de fibra de carbono. “Si en una competición decisiva la prótesis no funciona, no me sirve de nada el entrenamiento de muchos años”, dice el joven de 33 años. “Por eso cada detalle cuenta”, añade el deportista.
77 técnicos y 18 toneladas de material
El hombre y la máquina. Pocos atletas logran el equilibrio como lo hace Heinrich Popow. En los Paralímpicos de Londres, en 2012, obtuvo la medalla de oro en los cien metros. En Río es el favorito para el salto de longitud. Es uno de los deportistas más conocidos entre los 4.300 participantes de más de 170 naciones. Todos tienen algo en común: necesitan resistencia, fuerza y buenos materiales. 77 técnicos de 26 países trabajan para que los deportistas compitan sin problemas. En mayo de 2016 se embarcaron 18 toneladas de material, con 15.000 mil piezas, hacia Brasil.
La empresa alemana Otto Bock en Duderstadt, líder mundial de prótesis, es la responsable de los talleres paralímpicos desde 1988. En los años 70, las pesadas prótesis eran de madera. El ingeniero estadounidense Van Phillips impulsó su desarrollo. Observó cómo los gepardos obtienen más potencia de sus patas traseras en forma de c. Buscó un material ligero y robusto. Se decantó al final por la fibra de carbono, material que se suele usar en la aeronáutica. El resultado fue la prótesis deportiva del futuro. La forma no ha cambiado básicamente, solo unos detalles. La construcción se ha personalizado teniendo en cuenta el peso y el estilo de carrera del atleta. El miembro que sirve de unión, entre el cuerpo y la técnica, está formado por un revestimiento de silicona y válvulas. “El material moderno no es suficiente. Hay que saber implantarlo bien”, dice Popow.
Tumor en la pantorrilla izquierda
Popow, como embajador mundial de la empresa Otto Bock, viaja para inspirar confianza a las personas con amputaciones. En Cuba conoció a un deportista, cuya prótesis no se había colocado bien y como consecuencia le sangraban las heridas. “Es como si Usain Bolt corriera con zapatillas de deporte tres números más grandes. Entonces no batiría ningún récord.” En los Paralímpicos, los países con más éxito son los que han reconocido la profesión de técnicos ortopedas. Popow también tiene dicha formación.
Popow tenía nueve año cuando los médicos le diagnosticaron un tumor en la pantorrilla izquierda. Antes de amputarle la pierna, el ciclista paralímpico Arno Becker lo visitó en el hospital y le mostró su prótesis. Le prometió a Popow que podría disfrutar de una vida cotidiana normal, pero tendría que esforzarse.
¿Las prótesis más largas ayudan a ser más rápidos?
La prótesis normal dispone de un microprocesador que acopla la rodilla a la articulación del pie y, con ayuda de sensores, reducen el riesgo de caídas. La llamada C-Leg puede adaptarse mediante un botón para montar en bicicleta. Este tipo de tecnología está prohibida en los Juegos Paralímpicos. Las piezas deben estar disponibles para todos los atletas en el mercado.
Esta norma ha generado muchos debates. En 2012, Popow se vio confrontado con los reproches de un colega de equipo, Wojtek Czyz, quien habló de tecnodopaje. Él criticó que Popow era el único que disponía de una articulación especial de rodilla. Desde hace meses también se habla de Markus Rehm, atleta con una pierna amputada de salto de longitud, quien luchó en vano para poder participar en los Juegos Olímpicos. ¿Puede Rehm ser mejor atleta con una prótesis que un atleta sin discapacidad? ¿Pueden algunos atletas correr más rápidamente con prótesis más largas?
¿Quién puede permitirse una prótesis de alta tecnología?
Thomas Abel, experto en deportes de discapacitados de la Universidad de Deportes de Colonia, cree que no se debe reducir el deporte al material: “Al final quien corre y salta es siempre una persona”, dice el experto. Para los fabricantes de prótesis, el deporte de alta competición supone un mercado pequeño: por 150 prótesis para deportistas, se fabrican 150.000 para la vida cotidiana.
Según la Organización Mundial de la Salud, de las mil millones de personas con discapacidad, el 80% vive en países en vías de desarrollo. Pero en los Juegos Paralímpicos, el 46% de todos los atletas procede de diez países prósperos. La mayoría no puede permitirse una prótesis de alta tecnología.