Juan Pablo II, el visionario
24 de marzo de 2004
La ciudad de Aquisgrán honra al máximo representante de la Iglesia Católica por su compromiso en el proceso de unificación europea y por la paz. Durante una ceremonia festiva, celebrada en el Vaticano, el alcalde de Aquisgrán, Jürgen Linde, otorgó al Santo Padre el certificado del premio, así como una medalla.
A la entrega del premio asistieron también altos representantes del gobierno alemán, entre ellos, Peer Steinbrück (SPD), ministro presidente del estado de Rhenania del Norte Westfalia, al cual pertenece la ciudad de Aquisgrán. Asimismo se contó con la presencia del presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox, acreedor del Premio Carlo Magno tradicional, de este año.
"Visiones convincentes"
En la entrega de premios, el alcalde Linden destacó que esta distinción pretende "fortalecer las visiones convincentes de un visionario convincente". Según Linden, el Papa es un ejemplo a seguir en cuanto a valores europeos, "especialmente por su respeto a la dignidad y a la libertad del ser humano". El fundamento de valores, trasmitido por Juan Pablo II, proporciona a los europeos "una base común para la convivencia, más allá de diferencias políticas y económicas".
Sin embargo, la visión europea soñada por Juan Pablo II no ha sido alcanzada. El sumo Pontífice aspiraba a superar la distancia entre la iglesia occidental y la oriental, entre Roma y las iglesias ortodoxas. Luego de la caída del comunismo, pidió incansablemente a los países del Este que volvieran a sus raíces cristianas. Una y otra vez advirtió que una Constitución europea debía hacer referencia a Dios, pero su advertencia no contó con el apoyo de la mayoría.
Premio extraordinario para un papa extraordinario
El Premio Internacional "extraordinario" Carlo Magno fue otorgado este año por primera vez. En su discurso de agradecimiento el Papa relató en alemán su "sueño europeo". Juan Pablo II dijo que sueña con "una Europa sin nacionalismos egoístas, en la cual los grandes logros no se orienten por un consumismo carente de sentido".
Karol Woytila, cardenal de Cracovia, fue elegido Papa en 1978, siendo la primera vez en 455 años que un "no italiano" asumía este cargo. Pero esta no era la única particularidad de Karol Woytila, quien además era eslavo y provenía de un país comunista. El anticomunista Woytila, en su función papal, supo utilizar su influencia en los polacos profundamente católicos. En su primer visita oficial a Polonia, en 1979, apeló a millones de compatriotas entusiastas a "defenderse contra todo aquello que viole la dignidad del ser humano". Un año más tarde, los trabajadores del astillero Lenín iniciaban una huelga, que conduciría a la creación del primer sindicato libre en el bloque comunista: "Solidarnosc".