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Joachim Löw recoge el guante

ERS13 de julio de 2006

Joachim Löw se muestra tan ambicioso y resuelto como su antecesor, Jürgen Klinsmann. Y tendrá que ponerse a trabajar pronto si quiere cumplir expresa su meta de ganar la Eurocopa 2008.

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Jogi Löw: la nueva versión de Klinsmann.Imagen: AP

La euforia de los días del Mundial comienza a disiparse. Poco a poco la gris normalidad del trabajo futbolístico se impondrá. Con ella tendrá que vérselas el sucesor de Jürgen Klinsmann, quien dejó su cargo como si fuera un héroe nacional. La tarea de reemplazarlo no será fácil para Joachim (Jogi) Löw, el asistente convertido ahora en jefe de la selección alemana. Klinsi dejó la vara muy alta, por lo menos en lo que a popularidad se refiere, y su sombra seguirá planeando por cierto tiempo en el recuerdo de los aficionados.

Respaldo popular

No es lo mismo lucirse en un Mundial jugado como local que salir al exterior a disputar, por lo pronto, la clasificación para el próximo campeonato europeo. Löw lo tiene muy claro, pero también dispone de los atributos necesarios para proseguir el camino emprendido hace dos años junto a Klinsmann, a juicio de los entendidos y de la mayoría de la población. De hecho, una encuesta realizada por la empresa Forsa indica que el 70% de los alemanes concuerda en que la elección de Jogi fue la correcta. Entre los aficionados al fútbol la aprobación se eleva incluso al 83%.

De todos modos, fue el propio Klinsmann quien lo dejó instalado en el cargo, con la expectativa de que continúe la aventura con su mismo estilo. Y así será, a juzgar por las primeras declaraciones del nuevo seleccionador, que comenzó fijándose como meta ganar la Eurocopa 2008. La primera prueba de fuego será un partido contra Irlanda, el 2 de septiembre, que abrirá una serie de 12 encuentros para la clasificación. "Tenemos un equipo joven, que aún está en desarrollo, que tuvo un rendimiento grandioso en el Mundial, que jugó el fútbol más hermoso y atractivo y que conquistó muchos corazones", afirmó Jogi, prometiendo seguir por la misma vía, que considera la única posibilidad de consolidarse en la cúspide del fútbol internacional.

La buena estrella

La trayectoria de Löw, de 46 años, avala desde ya su capacidad. Su carrera futbolística no puede compararse desde luego con la de Klinsmann, que ganó todos los títulos habidos y por haber, incluyendo el de campeón mundial con la selección alemana. En cambio, tiene a su haber experiencia como entrenador en Alemania y en el extranjero, cosa de la que no disponía su antecesor.

Aparte de su conocido tesón y su habilidad en asuntos de táctica, el nuevo entrenador también deberá confiar en su buena estrella. Después de todo, ella fue la que lo condujo a convertirse en mano derecha de Klinsmann. Ocurre que Löw había sacado su diploma de entrenador en Suiza, pero éste no fue reconocido por la federación alemana de fútbol. Por lo tanto, para poder trabajar en un club de la Bundesliga, Jogi tuvo que repetir el curso en el verano europeo del 2000. Uno de sus compañeros de estudios era nada menos que Jürgen Klinsmann, a quien impresionó por "su forma directa de pensar". El resto es historia conocida: Klinsi lo embarcó en esta aventura de la selección, cuyos próximos capítulos quedarán en sus manos.