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Irak: nuevo gobierno para un país ingobernable

DW-WORLD22 de mayo de 2006

La constitución del nuevo gobierno de Bagdad es considerada un avance por la prensa europea. No obstante, los editoriales manifiestan un marcado escepticismo en cuanto a que se logre controlar el caos en Irak.

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El primer ministro Nuri Al Maliki, flanqueado por sus vices sunita y curdo. ¿Cuánto durará la unidad?Imagen: AP

El Financial Times, en su edición alemana, opina: "Pese a todas las carencias que también tiene la nueva cúpula, para Irak se ha cerrado una intranquila fase de transición. Es una importante cesura en medio del terrorismo y la violencia. Puede que estos fenómenos pongan en segundo plano la importancia de este hito, pero no lo relativizan. También este último paso fue precedido por un arduo tira y afloja -entretanto típico de Irak-, lo que llevó a que las carteras clave del Interior y Defensa quedaran vacantes. En vista de los problemas de seguridad que afectan al país eso parece una burla, pero es producto de la compleja estructura de poder entre los tres grupos étnico-religiosos. Al fin y al cabo, pasaron cinco meses hasta que chiítas, kurdos y sunitas lograran ponerse de acuerdo para formar un gobierno. Finalmente también los sunitas han sido incorporados, y eso constituye un claro avance."

Avance formal

El Tagesspiegel, de Berlín, apunta: "No está claro cómo el nuevo gobierno pretende controlar el caos. Ello sólo resultaría concebible si las fuerzas extremadamente heterogéneas que forman parte del gobierno tiran de la misma cuerda y anteponen los intereses nacionales a los deseos de grupos particulares. Pero no existen indicios de ello. Ni siquiera se logró acuerdo para designar a los ministros de Defensa y del Interior. Si el gobierno sigue queriendo resguardar los intereses divergentes de todos los involucrados, no podrá adoptar ninguna decisión. En lo formal, la constitución del gobierno ha detenido otra vez el desmoronamiento de Irak. Pero los acontecimientos de la calle hablan desde hace tiempo otro lenguaje."

Violencia y desconfianza

La Vanguardia, de Barcelona, apunta: "El acuerdo es un paso adelante. La Administración Bush espera que la aprobación de un Gobierno de unidad nacional, con la minoría suní incluida, reduzca la violencia y posibilite una retirada de las tropas extranjeras. Puede ser, aunque no es seguro. Pero, en cualquier caso, la formación del Gabinete ha evitado el precipicio, con un país sacudido por la violencia y sin que los dirigentes de las diversas comunidades fueran capaces de llegar a un pacto. (...) La violencia que sacude Iraq es el gran problema, pero también lo es la falta de confianza entre los líderes moderados de las tres comunidades. La prueba es que no se ha nombrado un ministro del Interior, cargo que los suníes contemplan como la clave para medir su confianza en los mayoritarios chiíes. Iraq, pues, tiene Gobierno, pero aún no es gobernable.

Retirada de tropas

The Times, de Londres, plantea: "La cuestión de cuándo y cómo habrán de abandonar el país las tropas extranjeras será una de las decisiones más difíciles que le corresponderá tomar al nuevo primer ministro, Al Maliki. Puede que surjan tentaciones de dilatar la partida por razones de seguridad. Pero el peligro mayor es que se le imponga a Irak una retirada prematura, ya sea por parte de grupos reñidos que intentan ganar popularidad con un alzamiento contra las tropas extranjeras o a través de presiones internas sobre los gobiernos de los aliados, especialmente de Estados Unidos, donde el respaldo a la operación en Irak decae junto con la popularidad del presidente Bush."