Industria solar alemana: nubarrones a la vista
8 de agosto de 2013El productor alemán de módulos solares Solarworld será rescatado, pero con sacrificios considerables. Aún así, Frank Asbeck, jefe de la empresa, respira aliviado por el rescate de su obra, la antigua joya del sector en Alemania. Las acciones de la empresa se devaluarán en un 95 por ciento. A los accionistas no les va a quedar casi nada. Heredaron las acciones o las compraron porque tenían confianza en la industria solar. “Las compré porque consideraba a Frank Asbeck un empresario listo, pero me decepcionó”, explica uno de los que acudieron a la junta general de accionistas. A quien antes tenía 150 acciones le quedará solo una; la alternativa era la insolvencia y por consiguiente la pérdida de todo el capital.
La ola de insolvencias después del boom
El auge y el descenso de Solarworld reflejan la historia de todo un sector. En 2000, el Gobierno alemán introdujo la Ley de Energías Renovables, que fomentaba la alimentación de electricidad solar en la red pública. Debido a la elevada demanda, se fundaron muchas empresas productoras de módulos solares. Pero el mercado creciente atrajo a competidores del extranjero, sobre todo de países asiáticos.
Empresas alemanas como Q-Cells, Solon y Conergy no sobrevivieron el impacto, quebraron o fueron compradas por inversionistas extranjeros. También los grupos grandes como Siemens y Bosch se retiraron del sector solar. Queda Solarworld, la empresa que ahora espera conseguir un relanzamiento.
La industria solar, ¿un sector del futuro?
Hasta los expertos en energía tienen dudas de que Alemania tenga un futuro en la industria solar. Según Claudia Kemfert, del Instituto Alemán para la Investigación Económica, la presión de costo desde Asia causó la crisis en Alemania. “Quien quiere permanecer en el mercado tiene que aguantar, no hay más remedio”, pronostica la experta. En un futuro, hará falta innovación, sobre todo en el sector de alta tecnología. Sin embargo, si eso se lleva a cabo, “la industria solar tiene un gran futuro”, afirma Kemfert.
Eicke Weber, jefe del Instituto Frauenhofer para sistemas energéticos solares, evalúa la situación de forma parecida. Considera que la economía alemana no invierte suficiente en las nuevas tecnologías. “Entre los inversionistas alemanes aumentó la aversión al riesgo mientras que en el extranjero se reconoció el verdadero potencial de esa nueva tecnología”, dice Weber.
Pero no todos están de acuerdo: “Nunca pensé que la industria solar fuera un sector del futuro”, dice Manuel Frondel, del Instituto de Investigación Económica de Renania y Westfalia. En su opinión, el fomento financiero de la electricidad solar independientemente del origen de los módulos solares que la produjeron, ayudó tanto a las empresas extranjeras como a las alemanas. “El Gobierno alemán sostenía a la competencia extranjera en vez de invertir en la investigación en Alemania”, critica.
Autor: Johanna Schmeller/Peter Eßer
Edirora: Emilia Rojas