Industria petrolera de Nigeria: una crisis más que anunciada
15 de febrero de 2023Nigeria es un gigante en lo que respecta a su economía y a su población: alrededor de 220 millones de personas viven en el país. Se estima que en 2050 serán 375 millones. El país genera un Producto Interno Bruto (PIB) mayor que todos los demás países del África Occidental juntos.
Más pobreza y malestar social
La maquinaria económica de Nigeria está impulsada por el petróleo. Sus enormes depósitos están ubicados en el delta del Níger. Y a pesar de la riqueza, la economía del país va mal: el crecimiento económico es inferior al crecimiento poblacional, motivo por el cual los expertos advierten sobre el aumento de la pobreza y el malestar social.
La producción petrolera ha caído a un mínimo histórico. El economista nigeriano Afolabi Olowookere dijo a The Guardian Nigeria News que la participación del sector petrolero en los ingresos del gobierno cayó de casi el 47 por ciento, en 2017, al 7,4 por ciento, en la primera mitad de 2022.
Nigeria no ha logrado capitalizar el auge mundial del precio del petróleo de 2022. La participación del sector petrolero en el PIB de Nigeria también se ha reducido a la mitad desde 2010, de más del 13 a casi el 6 por ciento.
Costosas importaciones de combustible
El principal problema de Nigeria es que, a pesar de ser el mayor productor de petróleo y gas de África, el país depende casi por completo de costosas importaciones para satisfacer sus necesidades de combustible. Nigeria cuenta con cuatro refinerías de propiedad estatal, pero la mala gestión las ha dejado en mal estado, y están inactivas. Para amortiguar las consecuencias sociales de ello, el gobierno invierte miles de millones de dólares anualmente en subsidios a los combustibles.
Muazu Magaji, experto en reservas de petróleo en Lagos, se queja de que los políticos carecen de estrategia: "Es un hecho que el propio gobierno no ha desarrollado una visión de seguridad energética". Y eso se aplica no solo al gobierno actual, sino también a los gobiernos anteriores del país, dice Magaji en entrevista con DW.
Subsidios a los combustibles
Esto ejerce una presión cada vez mayor sobre el presupuesto nacional: hace solo unos días, el director ejecutivo de la compañía petrolera estatal Nigerian National Petroleum Company (NNPC), Mele Kyari, declaró que Nigeria gastaría alrededor de 8,5 mil millones de euros en cubrir las necesidades de subsidio de combustible en 2023.
Durante la pandemia de coronavirus, Nigeria solo pudo mantenerse solvente por un préstamo de emergencia del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Desde 2020 se han inyecctado ayudas financieras al país por valor de 5.000 millones de dólares por parte del Banco Mundial a fin de evitar el colapso de la economía más grande de África.
Reducción de reservas de divisas
El FMI ya pidió a Nigeria en 2018 frenar su creciente deuda y diversificar la economía para evitar una crisis. Pero eso no ayudó mucho. Esto es más que evidente si se observa de cerca el sector petrolero: la producción diaria de 1,8 millones de barriles antes de la pandemia se ha reducido a alrededor de un millón. Esta tendencia también se constata en el precio del petróleo: de alrededor de 130 dólares estadounidenses por barril en la primavera de 2022, a los actuales 80 dólares.
El país también tiene serios problemas en lo que respecta a las reservas de divisas. Los expertos financieros internacionales advierten que si se rebasa el límite de 30.000 millones de dólares estadounidenses, se corre el riesgo de la devaluación de la moneda nacional, el naira. Además, el país sufre una inflación de más del 20 por ciento.
Corrupción debilita la economía
Nigeria ocupó el puesto 154 entre 180 en el ranking de Transparencia Internacional de 2021. Bajó 10 lugares con respecto a 2018.
Gran parte de la escasez de petróleo y combustible se debe al robo y a los actos de sabotaje en los oleoductos del delta del Níger. Así lo confirmaron miembros del gobierno, entre ellos, la ministra de Finanzas, Zainab Ahmed.
Ante las puertas de Lagos se está construyendo la enorme refinería Dangote, que en el futuro suministrará al país de gasolina y diésel, financiada por el hombre más rico del continente africano, Aliko Dangote. Pero eso no será suficiente para sacar al país de su grave situación económica. El próximo 25 de febrero se celebran elecciones generales en Nigeria, y está por verse qué consecuencias tendrán en el futuro socioeconómico del país.
(rmr/cp)