Inauguran los vitrales de Gerhard Richter en Tholey

Al principio, Gerhard Richter dudó un poco cuando se le pidió que diseñara tres nuevos vitrales para la abadía benedictina de San Mauricio, en Tholey. Su primera respuesta fue que, a sus 88 años de edad, se sentía demasiado viejo y no creía que pudiera hacerlo. Pero entonces las dudas se desvanecieron y Richter se comprometió con los doce monjes que vivían allí. Después de todo, tal petición es algo especial, incluso para uno de los artistas vivos más caros del mundo.

Poco antes de la inauguración este jueves (17.9.2020), Gerhard Richter dijo que los grandes ventanales de la iglesia serían probablemente su última obra importante: "Este es ciertamente mi último número en mi catálogo". Afirmó estar "muy satisfecho" con la implementación: "Nunca soñé que saliera tan bien".

Sin embargo, para la inauguración, el artista de 88 años no viajó personalmente a Tholey, en el Sarre, que está a poco menos de 250 kilómetros de su casa en Colonia. Así que no escuchó las palabras de alabanza del abad Mauricio Choriol: "Esto es fantástico", exclamó cuando las ventanas se mostraron en todo su esplendor por primera vez. "Estamos muy felices por el increíble regalo que recibimos de Gerhard Richter."

La iglesia y el arte: durante siglos fue una constante, una pareja muy unida. Hasta el siglo XV, el artista se veía a sí mismo como un artesano que trabajaba predominantemente para patrones religiosos.

Los vitrales simbolizan la transición del mundo material al inmaterial. Su brillo también se consideraba una emanación de la luz divina.

(gg/er)