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Los holandeses consideran que el rescate de las últimas víctimas avanza con demasiada lentitud. Para ellos, Moscú es responsable del derribo del avión de Malaysia-Airlines. Padres holandeses exigieron al presidente Vladimir Putin que entregue los cadáveres de sus hijos. Por otro lado, la hija de Putin vive desde hace dos años con su novio holandés en un lujoso departamento en Voorschoten, cerca de La Haya. Ahora se suman las voces que claman por una expulsión de Maria Putina. A bordo del avión siniestrado viajaban 298 personas, entre ellas 193 holandeses.