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¿Hacia dónde va Siria tras la caída de Bashar al Asad?

9 de diciembre de 2024

El tirano sirio Bashar al Asad ha sido derrocado. El futuro del país depende ahora de varios factores.

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hombre destruye gigantografía de Baschar al-Assad
Derrocamiento en todos los sentidos de la palabra: un sirio arranca un cartel del tirano Bashar al Asad Imagen: Mohammed Al-Rifai/AFP/Getty Images

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Asad habría abandonado Damasco en un avión privado hacia las diez de la noche del sábado (7.12.2024). Círculos militares sirios confirmaron esta información: Asad había dejado el país en una aeronave.

Por su parte, el primer ministro en funciones de Siria, Mohammed al Jalali, anunció que ya no estaba en contacto con el prófugo Al Asad.

Ahora se plantea la cuestión de qué es lo próximo que va a ocurrir en Siria. El domingo por la mañana, la alianza islamista "Hayat Tahrir al Sham” (HTS) publicó una primera declaración: "A los desplazados de todo el mundo, Siria libre os espera”.

Imágenes en línea muestran la liberación de varias cárceles del régimen, incluida la tristemente célebre prisión de Saidnaya, al norte de Damasco, donde miles de opositores al régimen fueron torturados y asesinados.

¿Islamistas moderados?

Pero, ¿hasta qué punto será libre Siria? La atención se centra principalmente en el líder de la milicia islamista HTS, Abu Mohamed al Jolani, que ahora controla en gran medida el país.

¿Cómo ve él el futuro de Siria? Hay varias opiniones al respecto. "El HTS ha experimentado una larga evolución", declaró hace unos días a DW el experto en Siria André Bank, del Instituto Alemán de Estudios Globales (GIGA) de Hamburgo.

Jolani ya se había distanciado de Al Qaeda hace años. También se le considera un opositor a la organización yihadista Estado Islámico. Esto significa que no está en una misión contra Occidente, sino que se centra en Siria. Es concebible que ahora esté trabajando en favor de un orden salafista.

Mientras tanto, el propio Al Jolani envía señales de moderación. Durante la ofensiva sobre Alepo, pidió que se perdonara a los cristianos y a las minorías.

En una entrevista con la cadena de noticias estadounidense CNN, explicó que quería construir instituciones estatales que incluyeran a todos los grupos sociales del país. El hecho de que hasta ahora no haya habido violencia contra las minorías es una "señal esperanzadora", subraya a DW el experto en Siria James Dorsey, del Middle East Institute de Washington.

Abu Mohamed al Julani habla con micrófono sentado en sillón
¿Cómo se comportará? El líder islamista Abu Mohamed al Julani.Imagen: OMAR HAJ KADOUR/AFP/Getty Images

Andreas Reinicke, exembajador alemán en Damasco, se muestra más escéptico. Según él, el HTS sigue arraigado en la ideología de Al Qaeda, por lo que "el futuro de las minorías cristiana y kurda en Siria está en peligro", declaró a la Agencia Católica de Noticias (KNA).

El papel del Ejército Nacional Sirio

Además del HTS, también otros grupos tienen influencia en Siria. Junto a este lucha el Ejército Nacional sirio, acusado en repetidas ocasiones de crímenes contra la humanidad. Por ejemplo, se dice que ha torturado repetidamente a kurdos.

Las milicias que luchaban contra Asad en el sur del país también desempeñan un papel en todo esto. Lo único que tienen en común con el HTS es su oposición al dictador derrocado, pero, en términos de ideología, estos grupos predominantemente laicos difieren considerablemente de los islamistas.

Y en el norte, los kurdos intentarán imponerse al Ejército Nacional sirio y a la Turquía que lo respalda. Este conflicto también alberga un considerable potencial de violencia.

Rusia, Irán, Turquía: el papel de los actores extranjeros

El comportamiento de los actores internacionales también será crucial para el futuro de Siria. Es probable que Turquía adquiera una influencia considerable, ya que podría respaldar a un gobierno de influencia islamista. Sin embargo, entre los retos para Ankara figuran un posible conflicto con los kurdos y los esfuerzos de descentralización del HTS.

Irán es el gran perdedor de la caída de Asad. Durante años, luchó junto a él contra los insurgentes, contribuyendo significativamente a su victoria. Esto permitió a Teherán establecer un punto de apoyo militar en Siria, una oportunidad ideal para que el régimen de Teherán se acercara a Israel y, al mismo tiempo, suministrara armas a Hezbolá, que también está alineado con él y se opone a Israel. Tanto Irán como Hezbolá se han retirado de Siria en los últimos días.

Rusia, que apoya al régimen de Asad en la lucha contra los insurgentes desde 2015, también se ve afectada por la revuelta. A cambio, el Kremlin se aseguró una base naval cerca de Tartus y la base aérea de Hmeimim, cerca de Latakia, en la costa mediterránea. Es probable que las defienda a toda costa. Esto es algo que también podría conducir a más violencia. 

(md/ms)