Goleador manco
31 de mayo de 2006Uruguay fue el primer campeón de la historia de los mundiales. Como tantos otros equipos que a lo largo de los años han ejercido de anfitriones de la Copa del Mundo, los uruguayos aprovecharon el hecho de jugar en casa para sumar el primero de los dos títulos que figuran en sus vitrinas.
La edición de 1930, como el resto de las primeras ediciones -especialmente las tres celebradas antes de la Segunda Guerra Mundial- contó con anécdotas propias de un deporte que aún estaba lejos de las cotas de profesionalización que alcanzaría con el paso de los años.
Es en este contexto que tiene sentido la aparición, en las filas de Uruguay, de un jugador minusválido. Se trataba de Héctor Castro, un delantero que anotó dos goles en el campeonato. A Castro le faltaba un brazo, que había perdido en un accidente, pero eso no supuso ningún obstáculo para que protagonizara una actuación destacada.
De hecho, Castro anotó el gol decisivo de la final, que su selección ganó a Argentina por 4 goles a 2. Corría el minuto 90 y los argentinos aún luchaban por conseguir el empate cuando el delantero uruguayo logró el tanto de la tranquilidad para su equipo.