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¡Gol de Qatar!

ers9 de marzo de 2004

La intención de Ailton y otros brasileños que juegan en la Bundesliga de adoptar la nacionalidad Qatarí, para jugar por el país árabe en el Mundial de Alemania 2006, desata polémica y hace sonar la alarma en la FIFA.

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Ailton celebra triunfos en el Werder Bremen... ¿y pronto en Qatar?Imagen: AP

Que el fútbol provoca emociones es algo que nadie pone en duda. Máxime cuando se trata de partidos internacionales, en los que los equipos representan a su país y uno que otro lagrimón se ha visto derramar fornidos jugadores, cuando entonan su himno nacional con la mano puesta sobre el corazón. ¿Pero qué ocurre cuando no se representa a la propia nación, sino al mejor postor? Suena duro, pero ese es el fondo de la polémica que han desatado tres futbolistas brasileños que juegan en Alemania, entre los que se cuenta nada menos que el super-goleador Ailton.

El espíritu del fútbol

La estrella del balonpié de Bremen, al igual que sus compatriotas Dedé y Leandro, del Borussia Dortmund, estan dispuestos a adquirir la ciudadanía de Qatar, aunque el trato aún no se ha concretado. Los atractivos sueldos que les ofrecen son, sin duda, una tentación. Pero los jugadores en cuestión aseguran que no es el interés pecuniario el que los motiva, sino un sueño deportivo: jugar en el Mundial de Alemania 2006. En vista de que Brasil no se ha mostrado interesado por incluirlos en la nómina de seleccionados y de que, por lo visto, tampoco los alemanes se han esmerado por darles pasaporte nacional, la opción Qatarí no es fácil de rechazar.

Para el presidente de la FIFA, el asunto está llegando demasiado lejos. "Esas prácticas contravienen el espíritu del fútbol", señaló Joseph Blatter, dispuesto a poner coto a esta inquietante "moda". Según anunció, esta misma semana se llevarán a cabo conversaciones con expertos y abogados, para analizar qué medidas podrían adoptarse.

Precedentes no faltan

Una reacción que Ailton no comprende y que lo tiene sin cuidado, según dijo. Y, en realidad, tiene razón, considerando que no es nada nuevo que países ofrezcan su ciudadanía a deportistas destacados. Al fin y al cabo, no hay nación que no quiera ver aumentar sus trofeos y cubrirse de laureles olímpicos o futbolísticos. En disciplinas como el Hockey sobre hielo, por ejemplo, jugadores de origen canadiense han conquistado medallas para varios otros países. Y también Alemania se ha esmerado por encontrarle ancestros germanos a más de un deportista destacado.

Pero, en el fútbol, el asunto no deja indiferente a nadie. El corazón de los hinchas es, a todas luces, más sensible. Después de todo, pueblos enteros vibran con las hazañas de sus selecciones o caen en depresión colectiva ante sus derrotas. Y no estaría bien que, en el futuro, fueran los países más ricos los únicos capaces de congregar en sus filas a los mejores goleadores o defensas del mundo para jugar con su camiseta en un Mundial. Más allá de que se concreten los planes de Ailton, Dedé y Leandro, la FIFA está preocupada.