Foro Social Europeo: la "otra" globalización

No es casual que París sea esta vez la ciudad en que se dan cita decenas de miles críticos de la globalización: a fin de cuentas, fue allí donde su creó, hace 5 años, la organización "Attac", que ha servido de germen al movimiento de protesta contra lo que consideran un avasallador avance del capitalismo y las consecuencias que éste acarrea en el plano social.

Exitos estimulantes

La capacidad de convocatoria de Attac y el éxito que exhibe la organización -una de las pocas que puede jactarse de contar con un creciente numero de adherentes mientras los partidos políticos y sindicatos sufren una persistente sangría de afiliados- da prueba suficiente de que existe en la población terreno fértil para sus críticas y demandas. Ellas serán tema de discusión a partir de este miércoles en París y tres localidades periféricas. Se espera que el número de asistentes iguale al registrado en la primera edición de Foro Social Europeo: entre 50 y 60 mil personas. Se calcula que desde Alemania acudirán a la cita cerca de 3 mil participantes, entre ellos el jefe de la mayor confederación sindical del país, Frank Bsirske.

El entusiasmo es palpable. Los críticos de la globalización saben que su voz se escucha y que sus iniciativas tienen resonancia. Por ejemplo, se atribuyen en buena medida, el éxito de las multitudinarias manifestaciones de comienzos de año contra la guerra en Irak, o el fracaso de las negociaciones de Cancún sobre liberalización comercial. Por otra parte, el movimiento abarca efectivamente a una amplia gama de sectores, desde grupos sindicales hasta organizaciones de origen religioso, aunados por el deseo de buscar alternativas al actual proceso y construir un mundo mejor.

Propuestas concretas

Puede que todo ello suene a mucha utopía idealista pero, en la práctica, el encuentro de París se dedicará a tratar gran número de asuntos concretos. 250 seminarios, centenares de talleres y 55 conferencias abordarán temas como la guerra de Irak y búsqueda de fórmulas para resolver conflictos internacionales en el campo civil, o las alternativas a la liberalización del comercio. Y se espera llegar a elaborar propuestas específicas. Jens Loewe, de la "Red de proyectos mundiales", se propone, por ejemplo, promover la idea de celebrar consultas populares sobre la privatización de servicios básicos, como el agua o los transportes públicos. Igualmente se discutirá sobre el proyecto de Constitución para la Unión Europea, en el que quisieran ver consagrados más derechos ciudadanos y contraponer la "Europa de los derechos" a la "Europa del neoliberalismo".

Attac y los grupos afines intentan, por otra parte, deshacerse de la imagen de violencia que surgió debido a los disturbios que tuvieron lugar en Génova, cuando manifestantes contrarios a la globalización se enfrentaron con la policía, durante una cumbre del Grupo de los 8, hace dos años. El primer Foro Social Europeo, celebrado en Florencia, brindó ya otro panorama. Y los organizadores esperan que también esta vez prime la discusión por sobre los altercados. Su intención es convencer con argumentos y no plantear una cerrada oposición al proceso globalizador, sino más bien alternativas, que se reflejan en el lema de la gran manifestación prevista para el cierre del encuentro, el próximo sábado: "Por una Europa de los derechos sociales, en un mundo sin guerra".