Fin del "punto final"

El periódico Süddeutsche Zeitung, de Munich, apunta: "Tras un encendido debate, los parlamentarios argentinos aprobaron la anulación de las leyes de amnistía. Ellas protegían a los responsables de la violencia estatal que cobró hasta 30.000 víctimas entre los opositores al régimen. Cierto es que el Senado aún debe refrendar la histórica decisión, lo cual podría resultar difícil en vista de la correlación de fuerzas. También es cierto que los tribunales serán los responsables de las consecuencias jurídicas. Pero la iniciativa es un paso significativo y una señal, tras la cual se encuentra el hombre más importante del país: Néstor Kirchner, el nuevo presidente. En Argentina se pone pues en marcha un trabajo de 'limpieza' de los tiempos de los generales derechistas y rebeldes izquierdistas, que otras naciones evitan hasta el día de hoy. El peor ejemplo es el de Guatemala, donde un ex dictador, responsable de asesinatos en masa, puede competir por la presidencia".

Aplausos para Argentina

El matutino vienés Der Standard elogia las decisiones adoptadas en Buenos Aires: "El parlamento argentino merece un gran aplauso de la comunidad internacional por su valeroso paso. Con la anulación de las leyes de amnistía y de la prohibición de extraditar, ha llegado a su fin la impunidad de los esbirros de la dictadura. Los descendientes de las víctimas de la Junta por fin pueden tener esperanzas de lograr una justicia que ha tardado mucho tiempo. (...) Con esta espectacular acción, derivada de una iniciativa del presidente Néstor Kirchner, Argentina se convierte en el primer país latinoamericano que aborda los problemas de su pasado con tanta seriedad. Ni en Chile ni en Uruguay -siempre aplaudidos como democracias modelo- se ha podido dar hasta ahora un paso semejante al del parlamento argentino."

Ya era hora

El periódico suizo Neue Zürcher Zeitung elogia igualmente la decisión argentina, pero plantea algunos reparos: "Por fin el Estado ha de investigar lo que el Estado perpetró. Ya era hora. Sin embargo, hay dudas en cuanto a que el objetivo sea más la búsqueda de la verdad que la venganza. También da la impresión de que en amplios sectores de la población falta la convicción de la necesidad y urgencia del asunto. Además, los tribunales argentinos se ven socavados en tal medida por los favores y sobornos que casi nadie espera de ellos fallos a conciencia. Pero no se puede instaurar un estado de derecho en Argentina si ni siquiera se han esclarecido los crímenes de la dictadura, ni se ha identificado a sus autores."

Los obstáculos persisten

El Periódico de Catalunya, de Barcelona, analiza el caso de Argentina y Chile, y comenta: "Los torturadores deberían ser llevados a los tribunales en sus propios países. Esa sería la mejor solución. Pero todavía habrá que superar enormes obstáculos en la Justicia de ambos países. Muchos jueces preferirían dejar que los crímenes de los militares caigan en el olvido."