¡ Feliz centenario Teddy Bear !
28 de junio de 2002
Tiene una cara ingenua, ojos redondos y brillantes y ha consolado y alegrado a miles de niños en el mundo entero. Conserva una juventud eterna, aunque este fin de semana cumplirá sus primeros 100 años. En Alemania y en el mundo angloparlante se le conoce como Teddy Bear y su historia se remonta a principios del siglo pasado.
En medio de los alpes suavos, al sur de Alemania, se encuentra el pintoresco poblado de Giengen. Ahí vivía una mujer llamada Margarethe Steiff. Quien, debido a su invalidez, se dedicaba a coser juguetes de fieltro. Mientras ella y un grupo de costureras, hacían juguetes para los niños del pueblo, su sobrino Richard terminaba sus estudios de arte en la Universidad de Stuttgart y pasaba el tiempo libre estudiando en libros a sus animales favoritos: los osos.
El primer oso movible
Cuando Richard volvió a Giengen, ingresó a la pequeña fábrica de su tía y en 1902 comenzaron a fabricar osos de juguete con articulaciones y cabeza movibles. Además, Richard propuso cambiar el fieltro por pelo de cabra de Angora (mohair). El primer oso, de mohair gris y brillantes ojos hechos con botones, resultó más caro, pero tenía una mayor suavidad y un aspecto real sorprendente.
"A Margarethe no le gustó nada al principio, dice Gaby Schöningh, portavoz de la empresa Steiff. Incluso pensaba mejor concentrarse en la producción de animalitos de fieltro, pero Richard quería fabricar juguetes que tuvieran movimiento y forma de animales, para así dar libertad a la creatividad de los niños."
El debut en las ferias
Debido a su alto costo, el nuevo juguete tuvo un escaso éxito. Pero Margarethe y Richard sólo tuvieron que esperar un año, pues en la Feria de Liepzig, en 1903, un juguetero de Estados Unidos hizo un pedido de 3. 000 osos para llevar a su país. En Estados Unidos todavía no se conocían animales de juguete tan reales.
El verdadero éxito llegó a raíz de la Exposición Universal en San Luis, en 1904. A finales de ese año se habían vendido ya 12.000 piezas en Estados Unidos. Entonces tenía el anónimo nombre de "Oso 55 PB". 55 eran los centímetros que tenía de largo, P por peluche y B por"beweglich", (movible). Pero el nombre con el que pasó a la historia lo encontró después.
El amigo de los osos
El entonces presidente de Estados Unidos, Theodore Roosvelt, fue invitado a una cacería de osos. Como el estadista no disparó contra ningún oso, lo llevaron a un lugar donde se encontraba un joven oso pardo atado a un árbol. Al observar la escena, Roosvelt dijo que él no mataría al oso, salvando así la vida del animal. Desde entonces la prensa se refería a él como el amigo de los osos.
En 1907, en una vitrina de una juguetería de Nueva York, el organizador del matrimonio de la hija del presidente Roosvelt descubrió los ositos y decidió usarlos como decoración en la ceremonia. "¿Cómo se llaman estos osos?" -preguntó uno de los invitados. "No lo sé" -respondió el presidente. "Es claro -dijo otro-, se llama Teddy Bear". Desde entonces, el nombre del presidente quedó en préstamo de los osos y millones de niños duermen abrazados a su propio "Teddy".
Objetos de colección
Desde entonces el osito alemán ha sido recreado en la literatura y el cine intantil y ha sido copiado mil veces. Ni siquiera la fábrica Steiff que sigue siendo una empresa familiar, sabe cuántos ositos se han vendido. Pero siguen produciéndose a mano casi totalmente y existen ya 7.000 variantes del original.
Ahora tiene una cara más redonda y ojos mas grandes y es muy suave porque a los niños les encanta abrazarlo. El osito seguirá vivendo y no sólo en las habitaciones de los niños, sino también en las vitrinas como objeto de colección, porque uno de los ejemplares más raros puede llegar a costar hasta 100.000 dólares. "Pero el osito está mejor entre la gente, afirma Gaby Schöningh, es un amigo que guarda silencio, pero sabe escuchar y está ahí cuando más se le necesita."