Felipe jura como rey de Bélgica
21 de julio de 2013"Juro observar la Constitución y las leyes del pueblo belga, preservar la independencia nacional y la integridad del territorio", dijo el nuevo monarca, de 53 años, en neerlandés, francés y alemán, las tres lenguas oficiales del país, en el que las tensiones separatistas se mantienen latentes. En el norte, de habla flamenca, hay sectores que promueven una separación de Bélgica, mientras en el sur, la población francófona tiene una tendencia más pro-monárquica y apoya la unidad nacional.
En su primer discurso como rey, Felipe declaró que es consciente de la responsabilidad que asume y alentó a los ciudadanos: "La crisis afecta a muchas personas en este país. Quiero alentar a todos a que no se den por vencidos".
Además, el nuevo monarca declaró que Bélgica debe seguir trabajando en el proyecto europeo y terminó su alocución con un "¡viva Bélgica!" en las tres lenguas nacionales.
Antes de jurar como nuevo rey, Felipe, que viste uniforme de general, se acomodó en un asiento dorado similar a un trono. Ante el Parlamento se dispararon 101 salvas.
Abdicación de Alberto II
Poco antes, su padre, el hasta ahora rey Alberto II, había firmado el acta de abdicación. En su discurso, Alberto dijo a su heredero que tiene "todas las cualidades, de corazón e inteligencia" para servir bien al país en sus nuevas responsabilidades. Tanto él como su esposa Matilde tienen "toda nuestra confianza", manifestó. Antes de la firma, agradeció a la reina Paola su apoyo, enviándola "un gran beso".
El primer ministro belga, el socialista Elio Di Rupo, alabó a Alberto II como "un gran jefe de Estado" y, sobre Felipe, señaló: "Todos sabemos que su puesto estará lleno de desafíos".
A la austera ceremonia en el palacio real acudieron unas 250 personas, entre ellas miembros del gobierno y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Sin embargo, no fueron invitadas las otras casas reales europeas ni jefes de Estado. Antes de la abdicación, los reyes Alberto II y Paola y los herederos, Felipe y Matilde, asistieron a misa en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula, a cuya entrada saludaron a la gente que se había congregado para verlos.
er (dpa, reuters)