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Familias rotas tras misiones militares

3 de enero de 2010

Un estudio del Episcopado Católico Militar demuestra lo mal preparadas que están las familias de los soldados alemanes a las consecuencias que acarrean misiones en el extranjero del Bundeswehr para sus hombres y mujeres.

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De cómo la guerra también destruye familias, fuera de los campos de batalla.Imagen: picture-alliance/AP Photo/K. Mohammed

Según informes del Ejército Federal, más de 7.200 soldados alemanes se encuentran actualmente en misiones militares en el extranjero. Más de la mitad de ellos en Afganistán. Desde que el Ejército Federal participa en misiones militares en las que se permite el uso de armas, los párracos del Ejército han comprobado cómo ha cambiado su trabajo.

Los curas no se ocupan solamente de los soldados, sino que también se encargan de apoyar a las familias que se quedan esperando el regreso de estos en casa. Las familias de los soldados no están lo suficientemente preparadas para afrontar las consecuencias que sufren los militares en las misiones en el extranjero.

La misión de la iglesia en la guerra

Desde 1992, el Monseñor Rainer Schadt, decano militar de Kiel, acompaña a soldados alemanes en sus misiones en las más zonas críticas de todo el mundo. También en Afganistán estuvo él presente. Schadt afirmó durante una reciente asamblea de párrocos católicos militares que la misión afgana presentó un nuevo problema a los curas.

Symbolbild Bundeswehr Afghanistan Auslandseinsatz
Más de la mitad de los soldados alemanes en el extranjero se encuentran en Afganistan.Imagen: AP

“Cada vez más regresan a casa no sólo las tropas experimentadas, sino que también las fuerzas armadas en periodo de prueba. De ello se deduce que debemos labrar nuestro trabajo pastoral mucho más. No solamente se vuelven de la guerra los soldados que han sido heridos, sino que también vuelven aquellos que en el desempeño de sus funciones hieren o incluso llegan a matar a otras personas. Nosotros debemos ocuparnos de indicarles a las familias y a ellos mismos cómo deben afrontar y superar estos fenómenos” afirmó Schadt.

Una compañera sentimental de un antiguo soldado que estuvo tres veces en misiones en el extranjero describe los temores que sienten los familiares de los militares que se quedan en casa: “Yo tenía mucho miedo de lo que podía pasar, de lo que podía pasarle a él, de que nunca regresara, de que él se fuera, de que perdiera una pierna o un brazo, de que fuese víctima de un accidente. Naturalmente, se tiene miedo.”

Familias hechas pedazos

Tanto los párrocos militares católicos como los evangélicos observan con gran preocupación que durante las intervenciones militares y después de éstas, las relaciones de los soldados se hacen añicos y sus familias se descomponen. El Episcopado Militar decidió hacer este estudio con el objetivo de estabilizar familias y parejas. Peter Wendl, director del proyecto, ha entrevistado tanto a párrocos como a parejas a los que prepara psicológicamente para intervenciones militares.

“A través de todas las entrevistas hemos comprobado que los temores causados por el secretismo, por querer respetar a la pareja, por la inseguirdad y el desamparo repercuten también en la calidad de las relaciones familiares.”

Afrontar los riesgos

Volker Wieker wird neuer Generalinspekteur
El general Volker Wieker, inspector del Bundeswehr.Imagen: picture alliance / dpa

Tanto teólogos como terapeutas concluyen con que tanto los familiares como los soldados deberían afrontar el peligro de muerte del soldado, así como la posibilidad de que la esposa se quede sola con los hijos. “En mis seminarios he vivido increíbles casos cuando he ayudado a las parejas a permitir articular esos miedos que experimentan”, dijo Wendl.

Él ha desarrollado un método de entrenamiento para la comunidad pastoral militar cuyo objetivo es hacer que las parejas sean más resistentes a las consecuencias de las invasiones. La base estructural del método consiste en desvelar a las parejas, antes de la intervención militar, con qué típicas fases y crisís deberían contar. “De todas formas, en algunas cosas los párrocos no pueden ayudar”, subraya Wendl. Sobre todo, para la estabilidad psíquica es muy importante que los militares estén convencidos del sentido de la misión que van a llevar a cabo.

“Es terrible cuando un soldado emprende una misión exterior y su familia permanece en casa esperando su regreso. Esa es una carga enorme para la familia y, por eso, creo que debería ser una tarea del ejército ayudar a que las mujeres y los hombres que se quedan en casa entiendan por qué sus hombres tienen que exponerse a esos riesgos”, sentenció Wendl.

Autora: Brigitte Lehnhoff / Ana Sánchez Granado

Editor: José Ospina-Valencia