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Fahrenheit 11/9: todo menos indiferencia

Emilia Rojas29 de julio de 2004

Michael Moore provoca críticas y efusivos aplausos con su documental, dirigido a desenmascarar al gobierno del presidente estadounidense. Fahrenheit 9/11 también promete ser un éxito de taquilla en Alemania.

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La avant premiere de "Fahrenheit 9/11" en Berlín.Imagen: AP

Poco de nuevo le encontró el ministro alemán de Medio Ambiente a la película Farenheit 9/11. Jürgen Trittin fue una de las 2000 personas que asistieron a la avant premiere del documental, en Berlín. Opinó que el asunto se estiraba mucho y aseguró que le había gustado bastante más "Bowling for Columbine", la obra en que el cineasta estadounidense aplica su zoom a la matanza perpetrada por un chico en su propia escuela y denuncia la insensatez de una sociedad civil armada. El cine ciertamente no es el terreno oficial del ministro, pero tampoco esta cinta fue concebida como un paradigma del séptimo arte. La intención del autor, por lo demás declarada, es otra: acabar con el gobierno de George W. Bush.

Hasta en los multicines

Poco ha de importarle pues a Moore que los críticos le reprochen haber supeditado la forma de la cinta al contenido propagandístico. Al fin y al cabo, Fahrenheit 9/11 fue galardonada con la Palma de Oro en Cannes, y eso no es poca cosa. Por lo demás, el éxito de taquilla que ha logrado sorprender incluso a los seguidores de este irónico espadachín político de la imagen. Es, por ejemplo, el primer documental que traspasa el umbral de los 100 millones de dólares de recaudación en Estados Unidos.

Fahrenheit 9/11 Plakat
Michael Moore con el afiche de su obra.Imagen: Falcom Media

En Alemania se espera igualmente una nutrida afluencia de espectadores. Este jueves la cinta se estrenó simultáneamente en 200 cines, lo que da un buen indicio de las expectativas de los distribuidores. A diferencia de la mayoría de los documentales, Fahrenheit 9/11 no se ha visto relegada a las salas pequeñas, sino que se exhibe también en los multicines donde suelen proyectarse las grandes producciones de Hollywood. También en tierras germanas parece asegurado el éxito comercial de la película.

¿Impacto político?

Más dudas caben en cuanto al impacto político que pueda surtir. En la prensa alemana hay opiniones para todos los gustos. El diario Frankfurter Allgemeine comentó, por ejemplo, que las muecas de Bush resultan desagradables "pero eso no dice nada sobre la ética de sus decisiones políticas". El Berliner Zeitung califica el documental de "propaganda genial", mientras que el popular Bild se pregunta: "¿Puede haber tanto odio en un documental?". Otros piensan, en cambio, que Moore sólo expone a su manera una verdad, por cierto nada inocua.

Sea como fuere, la película no deja prácticamente a nadie indiferente. Su exposición de las transformaciones que ha sufrido Estados Unidos desde el 11 de septiembre del 2001, hasta llegar al inicio de la guerra contra Irak, da al menos qué pensar. Y, por lo menos, los espectadores saben a qué atenerse, porque Michael Moore no ha ocultado nunca el objetivo de su cruzada.