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El centro comercial del futuro es digital e interactivo. En una superficie de 6.500 metros cuadrados, los productos no se presentarán en estanterías, sino en puestos como en el mercado. Las etiquetas convencionales serán sustituidas por pantallas, que informarán sobre las propiedades alimenticias, el origen de los ingredientes o la huella de carbono. Robots de varios brazos ordenarán los estantes.