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Explosiva situación en Bolivia

14 de octubre de 2003

Tras los graves enfrentamientos que han dejado decenas de muertos cerca de La Paz, el ministerio de Relaciones Exteriores alemán emitió instrucciones de no viajar a Bolivia, ante la posibilidad de que escale la crisis.

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Manifestantes piden la renuncia del gobierno, en El Alto.Imagen: AP

Pesimismo se percibe en Alemania en torno a la crisis que atraviesa Bolivia, donde diversos sectores sociales demandan la renuncia del gobierno tras la violenta arremetida de las fuerzas militares contra manifestantes en la ciudad satélite de El Alto, en las inmediaciones de La Paz. Decenas de muertos, entre ellos también niños, dan cuenta de la gravedad de la situación que enfrenta el presidente Gonzalo Sánchez de Losada, quien también está perdiendo apoyo entre sus propios aliados políticos.

Preocupación en Alemania

En Berlín, el ministerio de Relaciones Exteriores ha organizado un equipo de emergencia que observa "muy atentamente" los acontecimientos y advirtió a la ciudadanía del peligro de viajar a ese país, ante el peligro de que escale la crisis y los turistas queden bloqueados. Se trata del tipo de advertencia más severa que puede emitir el gobierno alemán en casos como éste. En consecuencia, Bolivia se añade ahora a la lista de lugares considerados de riesgo, como Irak o Afganistán.

"Jamás vi semejante tensión en Bolivia", señaló a Deutsche Welle el encargado de América Latina en Cáritas Internacional, Wolfgan Hees, quien se ocupa desde 1996 de ese país, que visitó recientemente. Consultado sobre si ve en peligro la estabilidad de la democracia, respondió afirmativamente en forma categórica. Su organización, de hecho, informó que tuvo que cerrar su oficina en La Paz, dado que gran parte de sus 40 colaboradores no podían abandonar sus viviendas por motivos de seguridad.

El gas que colmó el vaso

El detonante concreto de las manifestaciones y bloqueos que sacuden al país desde hace semanas fue el proyecto gubernamental de exportar gas natural y construir un gasoducto a través de Chile. No sólo fue la antigua animosidad contra el país vecino, derivada de la Guerra del Pacífico, la que originó las protestas. También la intención de exportar el gas en crudo y a un precio muy inferior al de venta en el país provocó las quejas de la población. Pero el problema tiene un trasfondo mucho mayor. Por eso, tampoco bastó con que el presidente ofreciera repensar el asunto para acabar con la crisis. Según ha subrayado la Iglesia boliviana, "la verdadera causa de los disturbios radica en la miseria social, que se ha agudizado en los últimos años".

Así lo estima también Wolfgang Hees, señalando que el asunto del gas fue lo que "colmó el vaso". En su opinión, hay un descontento con la política actual, muy proclive a Estados Unidos, lo que ha llevado a una enorme pérdida de popularidad del gobierno. "Hace dos años teníamos esperanzas de que -en el marco de la reducción de deudas a los países más pobres- se creara en Bolivia un modelo en que, mediante el diálogo, se emprendiera un nuevo camino, se llevaran a cabo cambios y el dinero de la condonación se destinara a proyectos sociales. Pero esa esperanza se esfumó en febrero, cuando hubo graves disturbios en La Paz", indica el experto de Cáritas. Y explica que, actualmente, "se intenta imponer objetivos neoliberales, pero la población no lo acepta".