Europa y el conflicto árabe-israelí
3 de diciembre de 2004“Los obstáculos son enormes y muy difíciles de superar”, con estas palabras, el ministro alemán del Exterior, Joschka Fischer, definió el actual escenario en el Medio Oriente, concretamente las posibilidades para retomar las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos. La Conferencia Euro- Mediterránea, integrada por los ministros del Exterior de la UE, sus homólogos de los países de la ribera sur del Mediterráneo (árabes) y de Israel, deliberó lunes y martes en La Haya, sobre la situación en la región tras la muerte del presidente palestino Yasser Arafat.
El jefe de la diplomacia alemana calificó las elecciones convocadas el 9 de enero para elegir un sucesor de Arafat, como decisivas. Otro desafío es la evacuación de asentamientos judíos en la Franja de Gaza, así como el repliegue del ejército israelí de los territorios autónomos. La UE espera que palestinos e israelíes den pasos sustanciales en las negociaciones bilaterales. “Lo que está a debate es la creación de un Estado palestino”, dijo Fischer. El diplomático alemán destacó que un Estado capaz de sobrevivir necesita instituciones responsables y transparentes, un liderazgo claro y sobretodo, seguridad.
Llamado a respaldar a palestinos
“En todos estos puntos hay problemas”, señaló. Son problemas que deben ser abordados y negociados con los socios del mundo árabe y en el marco del llamado Cuarteto para el Medio Oriente, integrado por la ONU, por Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia.
El responsable de la política Exterior de la UE, Javier Solana, hizo un llamado a los países árabes, socios de la UE, para ayudar al pueblo palestino durante esta fase de transición mientras eligen un nuevo líder. “De ello nos beneficiaremos todos, pues habrá más seguridad para israelíes y palestinos y mayor estabilidad en la región y más allá de ella”, dijo el diplomático español.
La Unión Europea apoyará el proceso electoral palestino con 14 millones de euros y con la presencia de unos 200 observadores. Israel anunció que iniciará conversaciones con el nuevo presidente de la Autoridad Nacional Palestina, para reanimar el plan de paz que contiene la llamada ‘Hoja de Ruta’. Durante la víspera, el ministro del Exterior israelí, Silván Shalom, se comprometió ante su colega palestino a eliminar cualquier obstáculo que pueda afectar a los preparativos de las elecciones presidenciales palestinas.
Shalom y su homólogo palestino, Nabil Shaat, intercambiaron opiniones el lunes por iniciativa del ministro holandés del Exterior, Ben Bot, actual presidente del Consejo de la Unión Europea.
Proceso de Barcelona
La Conferencia Euro- Mediterránea fue fundada por la Unión Europea y los países al este y sur del Mediterráneo en 1995, en medio de un ambiente de euforia y optimismo que siguió a la firma del Tratado de Paz de Oslo de 1993. El objetivo del llamado Proceso de Barcelona, era crear para el 2010, una zona de libre comercio entre la UE y los países del Sur y Este del Mediterráneo, una zona de paz y estabilidad. Después de nueve años de asociación, el Mediterráneo sigue siendo escenario de conflictos, el más agudo, el israelí-árabe-palestino. Israel es la única potencia nuclear en la región y mantiene un conflicto abierto con la mayoría de sus vecinos árabes. El proceso de Barcelona quedó paralizado y según observadores se debe a que los países en la ribera mediterránea supeditaron su relación con la Unión Europea a la situación en Medio Oriente.
Once años después de la firma del Tratado de Paz de Oslo, la situación entre israelíes y palestinos se ha transformado radicalmente. Desde entonces, el conflicto ha alcanzado niveles de violencia nunca antes vistos en Cisjordania y Gaza. La llegada de Ariel Sharon al gobierno de Israel, el estallido de la segunda Intifada y la ocupación de las zonas autónomas palestinas, son a grandes razgos, los sucesos clave sintomáticos. Más allá de que la muerte de Arafat abra nuevas posibilidades de acercamiento entre israelíes y palestinos, los países de la ribera del Mediterráneo reclaman a la Unión Europea una postura más clara y determinante en el conflicto árabe-israelí. Hasta ahora Europa se ha mostrado titubeante; no quiere poner en peligro la relación con Estados Unidos, país que ha respaldado unilateralmente a Israel.