"Europa no puede admitir duda de centros clandestinos"
19 de noviembre de 2005
"Esos países han ratificado la Convención Europea de Derechos Humanos, que impide la existencia de ese tipo de centros", declaró el español Álvaro Gil Robles durante una conferencia sobre tortura organizada conjuntamente por las organizaciones pro Derechos Humanos Amnistía Internacional y Reprieve. "Es imperativo que se haga la luz", agregó Gil-Robles, que ha pedido a representantes de varios gobiernos europeos que 'se haga toda la transparencia' sobre ese asunto.
"Miguel Angel Moratinos, ministro español de Asuntos Exteriores, va a hablar al Parlamento sobre el tema y ése es un buen camino. Me gustaría que otros Estados siguieran su ejemplo", agregó. "Los parlamentos deben investigar para poderles decir a los ciudadanos si eso ha ocurrido realmente y, en caso afirmativo, poder exigir responsabilidades a quien corresponda", dijo Gil-Robles. Según éste, "los Gobiernos deben asumir también sus responsabilidades y actuar en consecuencia, y no puede haber intimidación por parte de ningún país, por poderoso que sea".
Una democracia fuerte puede vencer el terrorismo
Gil-Robles dijo que "la democracia es un sistema muy fuerte", que sabrá defenderse frente al terrorismo sin "renunciar a nuestros principios". "Mientras más firmes seamos, antes vamos a ganar esa batalla", añadió el Comisario del Consejo de Europa, y recalcó que "no podemos renunciar en esa lucha a nuestro modelo de sociedad".
Preguntado por la pasividad de buena parte de la opinión pública ante lo que ocurre en Guantánamo, Bagram y otros centros de detención utilizados por Estados Unidos en su lucha antiterrorista, dijo que los ciudadanos "están bajo el choque de la acción terrorista, les falta información y piensan a veces en las soluciones más simples".
Gil-Robles descartó, por otro lado, que la tortura pueda estar justificada en algún caso para extraer información a un terrorista que sirva luego para salvar más vidas: "nunca se va a saber si la información que se saca torturando a una persona es verdadera". "Es algo reprobable no sólo desde el punto de vista moral, sino también desde un punto de vista práctico, y por ello los tribunales (de los países democráticos) no aceptan pruebas obtenidas bajo la tortura".
Reos sin garantías
Gil-Robles se manifestó asimismo contrario a los "plazos muy extensos de detención sin garantías" de los sospechosos: "tiene que haber un límite de tiempo lógico, y mientras tanto, debe poder intervenir un juez competente y un abogado, aunque sea de oficio".
Asimismo, criticó que países democráticos entreguen a sospechosos a otros "que no han ratificado los tratados internacionales" contra la tortura: "no se puede enviar a un ciudadano y pedir que países que torturan hagan con él una excepción". "Ello supone renunciar a nuestros principios y valores y es algo que además no va a funcionar", señaló.
Preguntado por los testimonios escuchados en la conferencia londinense, en que musulmanes británicos que estuvieron detenidos en Guantánamo hablaron de las torturas físicas y psicológicas a las que estuvieron sometidos por militares de EE.UU., Gil-Robles dijo que "son testimonios que hablan por sí solos".
Por retorno a valores democráticos
"Hay que darse cuenta de hasta dónde es posible llegar en la locura de la lucha contra el terrorismo. No es posible pensar que esa lucha se puede hacer sin respeto de ningún límite ni de ningún valor. Se está sembrando así la duda sobre nuestros valores democráticos. Gil-Robles afirma haber cobrado esperanzas por el cambio de actitud que se está registrando en Estados Unidos, donde congresistas, organizaciones no gubernamentales y la prensa están empezando a decir: "basta" y a pedir el retorno a los valores que han hecho de ese país "libre y democrático un ejemplo para otros".