Europa exige claridad a General Motors
5 de noviembre de 2009Incertidumbre en España, esperanza en Inglaterra y Polonia, preocupación en Alemania y Bélgica e indignación en Rusia. La sorpresiva decisión del gigante estadounidense General Motors (GM) de no vender a su subsidiaria europea Opel como estaba pactado, al fabricante de autopartes Magna y al banco ruso Sberbank, ha provocado las más diversas reacciones en el Viejo Continente.
Para Rusia, cuya industria automotriz atraviesa su peor crisis en años, ha sido un golpe bajo, como lo muestra la reacción del primer ministro, Vladimir Putin, que se mostró decepcionado por la cancelación de la venta al último minuto, después de meses de negociaciones e incluso, pese a que hubiera documentos firmados.
Putin criticó la manera de actuar del consorcio estadounidense. “La cancelación no hiere los intereses rusos”, dijo, “pero muestra la cultura propia de los americanos y el desprecio con el que las empresas estadounidenses tratan a sus socios europeos”. Putin advirtió que su país ha sacado lecciones de este asunto.
El primer ministro ruso añadió que su Gobierno seguirá cooperando con GM en Rusia. La entrada de Sberbank a la operación de compra, en la que Moscú preveía invertir 250 millones de euros en garantías del Estado, ofrecía la oportunidad para la industria automotriz rusa de acceder a tecnologías occidentales.
Berlin exige claridad
En Alemania la canciller Angela Merkel, mantuvo una conversación telefónica con el presidente estadounidense, Barack Obama, con el que abordó el futuro de Opel, según informó el portavoz gubernamental, Ulrich Wilhelm. Obama confirmó que no estaba enterado de la decisión de General Motors. Ambos jefes de Gobierno acordaron que decidirán de manera conjunta sobre el futuro de la subsidiaria europea de General Motors.
Berlín exige que el gigante estadounidense presente su plan de reestructuración lo antes posible y devuelva hasta finales de noviembre el crédito puente de 1.500 millones de euros que otorgó el Estado alemán para evitar la insolvencia de la subsidiaria europea.
General Motors anunció el miércoles que en Europa podrían perderse cerca de 10.000 de los 50.000 empleos existentes. 25.000 de ellos en Alemania y 7.500 en la planta de Figuerelas en Zaragoza, España.
Pesimismo en Alemania
En Alemania miles de trabajadores de las cuatro plantas de Opel salieron a las calles a manifestar su temor por que la decisión tomada en Detroit se traduzca en cierre de fábricas y despidos masivos.
En la central de Rüsselsheim, en el estado federado de Hesse, 10.000 personas abandonaron temporalmente su puesto de trabajo. El jefe de Gobierno de dicho estado, Roland Koch, se sumó a las protestas y exhortó a mantener las plantas alemanas, sobre todo la de Rüsselsheim, que calificó como “corazón” de Opel.
En la fábrica de Kaiserslautern, en Renania-Palatinado, el jefe de Gobierno, el socialdemócrata Kurt Beck estuvo al frente de las protestas. En la manifestación de Bochum participaron unos 3.000 empleados de Opel. El comité de empresa europeo manifestó su deseo de tener una mayor autonomía. “No queremos ser un apéndice gobernado desde Detroit”, dijo el presidente de dicho comité, Klaus Franz. Según los planes de General Motors, la planta de Bochum, que inicialmente tenía previsto cerrar, podría continuar operando. Pero la de Eisenach, en el este de Alemania, podría ser cerrada parcialmente.
Cierre de planta en Amberes
Según los planes del gigante automotriz, que quiere reducir los costos estructurales en un 30 por ciento, muy probablemente cierre, en abril de 2010, la planta de Opel en Amberes, al norte de Bélgica, que emplea a cerca de 2.200 personas. Sin embargo también en los planes de compra del fabricante de autopartes Magna, estaba contemplado el cierre definitivo de la planta de Amberes.
En España, el ministerio de Industria reiteró su postura de que no aceptará nada por debajo del acuerdo previo alcanzado con Magna sobre el futuro de la planta de Opel en Figuerelas, ni más ajustes en el empleo que los 900 despidos pactados tras el rechazo de General Motors a vender su filial europea.
Buena noticia para los contribuyentes
El ministro de Economía británico, Peter Mandelson, calificó la decisión de General Motors como una buena noticia para los contribuyentes europeos, sobre todo en Alemania, Gran Bretaña y Francia. Según Mandelson los reparos de la Comisión Europea ante las millonarias ayudas financieras del Gobierno alemán fueron un elemento a favor de la decisión de General Motors, de conservar a su filial europea.
Por su parte, el Gobierno polaco reaccionó positivamente a la decisión de General Motors. El viceprimer ministro y ministro de Economía, Waldemar Pawlak, señaló que el futuro para la fábrica de Opel en Polonia, en Gliwice, es ahora mucho mejor, ya que los estadounidenses son más pragmáticos y aprecian la rentabilidad de la empresa.
El comisario europeo de Industria, Günter Verheugen, llamó a los europeos a actuar de forma concertada. “Hay que evitar la competencia entre los Estados de la UE con plantas de Opel”, dijo al diario alemán “Hamburger Abendblatt”.
Autora: Eva Usi
Editor: Enrique López