Europa busca respuesta al desafío iraní

Estados Unidos denuncia una "seria escalada". En Europa se pone en duda que existan bases para proseguir el 18 de enero las negociaciones con Teherán sobre su controvertido programa nuclear, que se sospecha apuntaría a la construcción de armas atómicas. En suma, a ambos lados del Atlántico se coincide en que, al retirar los sellos de la planta atómica experimental de Natans, Irán ha "traspasado un límite" importante.

Reunión de emergencia en Berlín

Todavía no está del todo claro si Irán comenzará a enriquecer uranio efectivamente ni en qué medida. En la sede de la Organización Internacional de Energía Atómica, en Viena, indica que sólo se produciría combustible nuclear en pequeñas cantidades. Pero lo fundamental es que el nuevo paso resuelto por las autoridades iraníes no hace más que seguir echando por tierra los esfuerzos europeos de mediación.

La canciller alemana, Angela Merkel, calificó la situación de "inquietante" y su ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, subrayó que los dirigentes iraníes actuaron a sabiendas de que la medida tendría consecuencias. La pregunta que ahora se plantea es cuáles serán dichas consecuencias. Al respecto debatirán Steinmeier y sus homólogos de Francia y Gran Bretaña en Berlín, en una reunión de emergencia convocada para el jueves.

Salida diplomática

Desde ya, está claro que los europeos seguirán abogando por una solución diplomática al conflicto. Por lo pronto, el ministro de Relaciones Exteriores británico, Jack Straw, aseguró que en la agenda de su país no figuran operaciones militares contra Teherán,y cree que tampoco se incluyen en los planes de otros. Así lo dijo, aludiendo obviamente a Estados Unidos. Pero resulta igualmente evidente que ahora se incrementará la presión sobre Teherán.

La posibilidad de llevar el caso al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que es el organismo facultado para aplicar sanciones, cobra visos más concretos en la medida en que Irán desecha una tras otra las propuestas que se le han formulado. Las esperanzas se cifran ahora principalmente en los buenos oficios de Rusia, que ya ha ofrecido a Teherán cooperar en la producción de combustible nuclear fuera del territorio iraní. Pero es una esperanza poco certera, en vista de que Irán se empecina en defender lo que considera su derecho a usar la energía atómica, pasando por alto los reparos internacionales.