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Eurolandia crece

1 de enero de 2003

Tras sólo un año de circulación del euro, la UE decide incluir a 10 nuevos miembros, que también aspiraran a la moneda única. El desafío consiste en no arriesgar su consolidación actual.

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La Unión Europea recibirá a 10 nuevos países en sus filas.Imagen: AP

La coyuntura económica negativa del año 2002, el primero de circulación del euro, ha representado un desafío para uno de los pilares de la moneda única europea: el Pacto de Estabilidad. El instrumento de la política fiscal que consiste en estimular la economía cuando la demanda privada es insuficiente, está limitado con la suscripción del Pacto, según el cual décifits presupuestarios que superen el 3% del Producto Interno Bruto representan una amenaza para la solidez económica de eurolandia. Considerando que países como Alemania se encuentran en este dilema, hay expertos que advierten del potencial desestabilizador que pueden representar economías consideradas más frágiles, como los futuros integrantes de la Unión Europea (UE).

Flanco vulnerable

Contrario a los casos de Dinamarca, Suecia y el Reino Unido, que decidieron no formar parte de la Zona Euro, el plan de ingreso para los futuros miembros del Este ya está trazado. En principio, una vez que cumplan los criterios de Maastricht sobre estabilidad del tipo de cambio, inflación, déficit presupuestario y deuda publica, también tendrán acceso al euro.

Muchos ven en las economías del Este un flanco vulnerable para el resto de la UE, especialmente para eurolandia. Los economistas hablan del peligro de "choques asimétricos". Desarrollos económicos de los tres últimos años, como cambios en los precios de petróleo y alimentos y una coyuntura global a la baja, afectaron de una manera similar a los 12 miembros actuales de la Zona Euro. Pero los efectos regionales podrían variar en mayor medida, una vez que los países de Europa del Este adopten la divisa europea. Una crisis económica en Rusia afectaría a sus vecinos en mayor medida que, por ejemplo, a Portugal.

¿Chaqueta de fuerza?

Pertenecer a la Zona Euro implica prescindir de ajustar los tipos de interés y aceptar una política monetaria centralizada en el Banco Central Europeo (BCE). Pero el impacto de los niveles de los tipos de interés varía según la situación económica de cada país. Dadas las diferencias en los niveles de vida en una UE de 25 integrantes, hay quienes ven riesgos para una ampliación armónica de la UE y de eurolandia.

Pero no todos comparten este escepticismo. Ante la ausencia de una política monetaria diferenciada, otras variables adquieren mayor importancia. Por lo tanto, lejos de ver la participación de nuevos países en el euro como una chaqueta de fuerza, el denominador compartido de una moneda única pueden representar la base para introducir un mayor grado de flexibilidad a las economías europeas. Así, el euro no sólo elimina la incertidumbre del tipo de cambio; también permite que los precios en las economías que lo usan sean comparables. El euro fomenta por lo tanto la competitividad en toda la zona.

Ninguna autoridad en el BCE o en la Comisión Europea niega ni da la espalda a los retos que enfrenta el euro. En cambio, destacan los beneficios que pueden venir de la mano de la moneda única. El verdadero desafío para los gobiernos será aprovechar las virtudes del euro para materializar el potencial que la divisa tiene para contribuir a la unidad política y económica de Europa.