Euforia en Londres y Madrid
8 de junio de 2002
En Inglaterra, los redactores dieron rienda suelta a la pluma, tras la victoria de su equipo sobre Argentina. Que fue más que un triunfo puramente deportivo lo demuestran los términos empleados en los comentarios: la revancha es el sentimiento que prevalece en casi todos. El Daily Mirror, por ejemplo, apunta: "el dolor mundialista de Inglaterra ya pasó. Venganza. Primero Alemania, luego Argentina". Y el Daily Mail no se queda atrás: "¡Oh, cuán dulce venganza! ¡Qué bien se siente!"
Dios, con pies y manos
The Guardian no olvida la historia, ni los tragos amargos que hizo pasar Maradona a los ingleses en su día: "la ‘mano de dios’ queda muy en el pasado, cuando golpea al pie de Beckham", puntualiza el rotativo londinense.
El Daily Star y The Sun, por su parte, elevan a su nuevo "dios" a los altares del fútbol: "El pié de dios hunde a Argentina", escribe el primero.
Y qué sería de los ingleses sin la flema británica de The Times: "Beckham pone el mundo en orden. Beckham permite a Inglaterra alzarse. El complejo de inferioridad inglés, de 30 años, frente a Alemania, se esfumó en Múnich y, en Saporo, el equipo destruyó otro dragón".
La hora de Morientes
En España, la prensa deportiva refleja una algarabía no menor por el triunfo sobre Paraguay. Pero en este caso no hay animosidades históricas de por medio. El júbilo tiene una justificación futbolística: Los españoles fueron los primeros en clasificarse para los octavos de final en esta Copa del Mundo.
"Goza España", titula Marca. "¡Bravo, a los once de Camacho!", dice a su vez Mundo Deportivo. Y todos coinciden en que la gran figura del encuentro fue Fernando Morientes.
Opacada, en cambio, quedó la estrella del arquero paraguayo, José Luis Chilavert, quien no se había ganado precisamente muchas simpatías en Madrid al poner en duda los méritos de España en la clasificación para el Mundial.