Estados Unidos en la mira

Estados Unidos ha recibido duras críticas en la Conferencia Mundial del Sida que se celebra en la capital tailandesa de Bangkok. La política estadounidense que ha impedido la producción de genéricos y ha privilegiado la abstinencia sexual como medida preventiva ha debilitado, según expertos, la lucha conjunta contra la proliferación del VIH. “Bush es responsable – indirectamente – de la muerte de millones de personas“, es un eslogan que se escucha repetidas veces en las discusiones y los plenos de la reunión.

Muchos asistentes a la Conferencia del Sida consideran aún insuficiente el aporte financiero de la superpotencia, temiendo incluso que Washington pudiera inclumplir su compromiso de cubrir una tercera parte de la demanda financiera del Fondo Global de Naciones Unida para la lucha contra el sida. 10 millones de dólares: ésa es la suma que los países del G-8 habían prometido aportar hasta finales del 2005 al dicho fondo.

Fondos insuficientes

Las perspectivas para próximo año no son nada alentadoras: de los 3500 millones de dólares requeridos para las campañas de prevención y tratamiento, hasta la fecha sólo 800 millones de dólares están asegurados. Por su parte, Joep Lang, presidente de la Sociedad Internacional del Sida (IAS), lamentó que el gobierno estadounidense esté presente sólo una delegación reducida de 50 representantes.

Al mismo tiempo, destacó que sin embargo dicho país es el único que hasta la fecha ha cumplido con sus compromisos, por lo que invitó a Washington a volver a asistir a estas conferencias. “De nada sirve que insultemos a los representantes de la Casa Blanca, debemos ser realistas: necesitamos a Estados Unidos en el combate de la enfermedad. Debemos trabajar duro par que vuelvan a sumarse a los esfuerzos globales“, dijo Lang.

Política ajena a la realidad

EEUU justificó el reducido número de sus delegados oficiales, 50 frente a 238 hace dos años en Barcelona, con motivos económicos. Expertos estiman sin embargo que la decisión está motivada por razones políticas. En la prevención del sida, la conferencia apuesta por la promoción del uso de condones y no por la abstención sexual, lo que representa el pilar del programa de emergencia de la Casa Blanca.

“Lleno de prejuicios“ y “ajeno a la realidad“ son los calificativos que se ha llevado en Bangkok la política del gobierno de Bush para enfrentar la epidemia. La princesa de Holanda, Mabel van Oranje, que asiste a la conferencia mundial en representación del „Instituto para una Sociedad Abierta“, dijo que en el sur de África, la mayor parte de las infecciones afecta a mujeres monógamas; además, una de cada tres mujeres tiene su primera relación sexual contra su propia voluntad – predicar la abstinencia, dice van Oranje, no es la solución.

Medidas de coerción

Otra crítica a la política estadounidense es el hecho de que, según sus detractores, Washington obliga a los países pobres a renunciar a la producción de genéricos. Como compensación, la administración Bush estaría ofreciendo tratados bilaterales de libre comercio a los países en cuestión. Sin embargo, según el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIH), Athony Faucik, el objetivo del Programa „Prepfar“es ofrecer a corto plazo los mejores medicamentos al mejor precio posible. La Agencia Federal de Medicamentos de los EEUU (FDA) se ha comprometido a otorgar los permisos para la producción de genéricos lo más rápidamente posible, destaca Anthony Faucik, si bien reconoce que la aprobación para aquellos medicamentos, cuyas licencias hayan vencido, es un método controvertido, ya que se trata de licencias antiguas.

Expertos predicen que el virus del sida pronto desarrollará resistencias frente a los genéricos actuales. Aun no existen genéricos basados en la nueva generación de medicamentos. El costo anual de la terapia con productos de marca registrada oscila entre los cinco y los diez mil dólares por persona al año, mientras que la terapia con genéricos cuesta unos 150 dólares.