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Espíritu vengativo

27 de mayo de 2006

Colombia y la URSS empataron a 4 en Chile 1962 tras dominar los soviéticos por 4 a 1. El árbitro, brasileño descendiente de húngaros, dijo que él "empató" el partido porque odiaba a los rusos por la invasión de Hungría.

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El pitazo de un árbitro puede decidirlo todo.Imagen: dpa

El partido que enfrentó a Colombia y la Unión Soviética en el Mundial de Chile de 1962 no habría pasado a la historia de no ser por la revelación que el colegiado de aquel encuentro, el brasileño Joao Etzel Filho, realizó tiempo después. El encuentro finalizó con un empate a 4 goles después de una espectacular remontada de la escuadra colombiana, que a tan sólo 22 minutos para el final de los 90 minutos reglamentarios perdía por 4 a 1.

Los goles de Coll, Rada y Klinger supusieron una auténtica gesta para los colombianos, que cayeron derrotados en sus otros dos partidos de la primera fase: contra Uruguay (2-1) y ante Yugoslavia (5-0). El encuentro supuso el partido con más goles de aquella edición de la fase final de la Copa del Mundo. Años después, un encuentro sin mayor trascendencia pasaría a la historia del fútbol cuando el colegiado brasileño afirmó ser el responsable del resultado. "Yo empaté aquél partido", dijo Etzel Filho. "Soy descendiente de húngaros y odio a los rusos desde la invasión soviética a Hungría en 1956", confesó el árbitro.

Su objetivo de eliminar a los rusos no resultó, pues la URSS pasó a la segunda fase después de derrotar a Uruguay (2-1). Yugoslavos y soviéticos disputaron los cuartos de final, una ronda en la cual los soviéticos cayeron derrotados (2 a 1 contra Chile) mientras que los yugoslavos se abrieron paso ante la República Federal de Alemania hacia las semifinales. Los checoslovacos fueron los verdugos de Yugoslavia en la lucha por un puesto en la finalísima.