¡Escuchen el llamado de auxilio de Fiyi!
6 de noviembre de 2017Los gritos de auxilio de los pequeños Estados insulares fueron lo que hace dos años llevó a un acuerdo en la cumbre de la ONU sobre el clima celebrada en París. Uno de esos Estados insulares, Fiyi, preside ahora la 23 "Conferencia de las Partes”, conocida resumidamente como COP23, en la ciudad de Bonn.
Esta colaboración entre las islas Fiyi y la República Federal de Alemania tiene un alto valor simbólico, porque representa la cooperación entre los causantes y las principales víctimas del cambio climático. Otra señal de eso fue la concesión del galardón honorario del Premio Alemán del Medio Ambiente al ex ministro de Relaciones Exteriores de las islas Marshall, Tony de Brum, fallecido en agosto. Su hija recibió esa distinción con palabras emotivas. Utilizando expresiones de su padre, exhortó a cada uno a actuar de modo tal que se preserven los océanos y el cambio climático se limite a un aumento de temperatura de 1,5 grados.
Alcanzar las metas de París
De eso precisamente se trata la COP23 en Bonn: tras el acuerdo en torno a las metas, se requiere ahora un esfuerzo solidario para llevar a la práctica la estrategia climática globalmente aceptada. Es decir, concentrar todos los esfuerzos para limitar el aumento de temperatura pronosticado de 2 grados, en lo posible, a 1,5.
Algunos pueden haber perdido las esperanzas depositadas en esta cooperación global, en vista de las actuales crisis de la política mundial, ante el trasfondo de una creciente agresividad ideológica y una violencia militar sin contemplaciones. Pero la resignación y el pesimismo nunca han resuelto problemas, sino que siempre los han agravado. Muchas razones hablan a favor de una exitosa colaboración en materia climática. En primer lugar están las posibilidades tecnológicas de generar energía de manera competitiva con fuentes renovables. También el gran aumento de la eficiencia energética y la ampliación de la cooperación científica, financiera y económica constituyen alicientes.
A ello se suma la creciente conciencia de que un fracaso acarreará cuantiosas consecuencias negativas para todos. La necesidad de atenuar eficazmente las razones de las migraciones, mediante estabilidad social y perspectivas económicas, demuestra al mismo tiempo que no son solo soñadores los que esperan un efecto "avalancha” en la lucha contra el cambio climático: una creciente corriente de inversiones en un futuro económico con menores emisiones de CO2 o, en lo posible, libre de ellas. En síntesis, la materialización de un mundo más sustentable.
Paz y protección del medio ambiente
Los 17 objetivos de desarrollo sostenible y el acuerdo de París, aceptados por todas las naciones en el Asamblea General de la ONU, requieren, para su implementación, una lucha exitosa contra el cambio climático. Medio ambiente y desarrollo fueron reconocidos ya como desafíos globales en la conferencia de Río, en 1992. Una exitosa conjugación de protección ambiental y desarrollo es la base para un mundo pacífico con 9.000 millones de habitantes: el mundo de nuestros hijos y nietos.
Los aproximadamente 900.000 habitantes de Fiyi y los miles o millones de personas que viven en pequeñas islas y en las costas de los mares del mundo, al igual que la población de regiones amenazadas por la desertificación, seguirán con mucha esperanza esta conferencia de las islas Fiyi en Bonn. Los que negocian y los que actúan no deberían decepcionarlos.
Klaus Töpfer es uno de los más conocidos expertos alemanes en materia de medio ambiente y protección del clima. En 1992 contribuyó decisivamente, como ministro alemán de Medio Ambiente, a la creación de la Convención de la ONU sobre el Clima. Entre 1998 y 2005 fue director ejecutivo del Programa de la ONU para el Medio Ambiente, en Nairobi. En 2009 fundó el Instituto de Estudios Avanzados de Sostenibilidad en Potsdam. Actualmente trabaja para el think tank TMG, en Berlín.
Klaus Töpfer (ER/VT)