1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Escaso prestigio

19 de mayo de 2003

La ausencia de películas alemanas en el festival de Cannes se convierte en costumbre. Un hecho que causa frustración en Alemania.

https://p.dw.com/p/3ekG
Todos se encuentran en Cannes - todos menos los alemanes.Imagen: AP

Cuando se habla del cine alemán, en la mayoría de los casos se habla, como de costumbre, de "crisis": poco interés por parte de los espectadores en el país, una cuota de sólo 1,5 por ciento en el extranjero y desde hace diez años ningún filme alemán en la sección oficial de Cannes. Sobran los motivos de reflexión.

"Yo ya no sé lo que debo hacer. Organicé presentaciones, hablé con gente, pero no puedo obligar a nadie a ser feliz", dice Wim Wenders, el consagrado veterano del cine germano. Wenders parece ser el único alemán con una entrada asegurada y permanente al certamen más importante del cine europeo.

Wim Wenders
Wim WendersImagen: AP

De todos modos, el círculo de los que mandan en Cannes no parece cambiar demasiado. El diario francés Libération se molesta por encontrar "siempre las mismas caras", el semanario alemán Der Spiegel observa una "gerontocracia", y Michael Schmid-Opach, director de una de las fundaciones cinematográficas alemanas, habla de la "arrogancia de Cannes".

La Berlinale como refugio

"Muchas de las películas alemanas podían haberse presentado con éxito en Cannes", subraya Wenders y menciona como ejemplo el filme "Goodbye Lenin", una tragicomedia sobre la caída del Muro de Berlín. Sin embargo, muchos de los jóvenes directores alemanes se sienten discriminados por Cannes y prefieren presentar sus producciones en la Berlinale. Personajes como su nuevo director, Dieter Kosslick, están promoviendo esta tendencia. El Festival de Berlín se convirtió así en un estupendo escaparate para el "joven cine alemán".

Pero los éxitos en el propio país no pueden ocultar la falta de reconocimiento y espectadores en el extranjero. ¿A qué se debe? Algunos opinan que la crisis obedece a la falta de identidad. Las películas alemanas son cada vez menos reconocibles como tales.

La mala fama

Después de los filmes de autor de los años 70, como los de Werner Herzog, Wim Wenders, Alexander Kluge o Rainer-Werner Fassbinder, – "los de Fassbinder eran aplastantemente alemanes –, la mayoría de jóvenes productores y directores imitan películas de Estados Unidos. Hollywood es la medida de todas las cosas.

Pero los jóvenes cineastas tuvieron una experiencia desconcertante: cuanto más se esforzaban por lograr un parecido con el modelo admirado, tanto más se alejaban del reconocimiento internacional. Sin embargo, una vuelta a lo "aplastantemente alemán" con todos los prejuicios que se suele tener en el extranjero sobre películas alemanas – interesantes pero pesadas – parece imposible. ¿Un circulo vicioso sin salida?