Androides que dan misa, una IA sentada en el confesionario, robots que asisten en rituales, y apps para orar. El avance tecnológico no se detiene ante la fe. ¿Es esta una contradicción?
¿Puedo usar cadenas de bloques en mi vida diaria? ¿La inteligencia artificial podría acabar con mi puesto de trabajo? Y, ¿cómo funciona el aprendizaje automático?