Enik: The Seasons in Between

En el teatro muniqués de Pathos, comenzó la carrera en el pop del autodidacta Enik con la formación Funkstörung. La colaboración entre ambos cuajó en el disco Disconnected, en el que Enik participó con cuatro canciones propias y su voz, acompañándolos en su Isolated World Tour.

Tras su primeros trabajos con Funkstörung, en 2004, sacó al mercado su primer trabajo en solitario con seis canciones: "Without a Bark", que publicó en Wonder Records. Con este primer contacto con el mercado, ya era seguro que el artista multitalento daría que hablar, asegurándose la crítica, tanto de detractores como de fans.

Enik presenta ahora su primer gran trabajo con "The seasons in between", álbum completo con 14 canciones que documentan su vida como artista. Él solo se basta para escribir, cantar e interpretar sus canciones. Autodidacta de pro, posee un multitalento para instrumentos como la guitarra, el bajo, o la percusión.

Pero para adornar su música, sus trabajos están apoyados por músicos invitados que le acompañan con el saxofón, batería o trompeta, entre los que sobre todo destaca Hans Tauscheck, que aparte de acompañar con el chelo y el piano, tuvo el privilegio de escribir con Enik tres de los temas.

"The seasons in between" ofrece al espectador una obra de teatro musical dirigida a los amantes del arte. Pop Art, Jazz Romántico, Pop, Rock y el puro teatro electrónico fluyen en sus melodías con perfectos arreglos.

Así podemos encontrar en el disco canciones con melodías chirriantes como "Rebro", o "Friendly Diefter", cuya base es interrumpida por dulces y melodiosos momentos. También hay temas que llevan más hacia las baladas pop con sentimiento como el que le da el título al álbum. "The seasons in between", o "Unhealthy smoke", muy musicales y armónicas.

Por otra parte, "Uncomfortably" y "Smashing the glasses" nos hacen retroceder al pasado jazz de Enik. En otros temas, Enik retrocede a su primera etapa antes de subir al olimpo del pop con "No Love", o "Small Finger", que recuerdan a grandes artistas como David Bowie.

Y sobre todo, la melodía de Enik es puro teatro. Su voz protagonista encuentra en la música el escenario ideal y sus textos poéticos e inconcretos abarcan todo un espectro emocional para el oyente.

La música de Enik no se puede encasillar en conceptos definidos, sino sólo con su propia vivencia intuitiva del arte con el que expresa su esencia. Esta rebelión le hace egocéntrico, pero a la vez sincero como un niño sin pretensiones. La música de Enik queda incorrupta y lo último que de lo que se le podría acusar es de oportunismo.