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Elecciones anticipadas en Perú: ¿una luz al final del túnel?

Oliver Pieper
21 de diciembre de 2022

Tras violentos disturbios en Perú, el Parlamento aprobó nuevas elecciones y una reforma constitucional. La presidenta interina, Dina Boluarte, debería seguir en el poder hasta abril de 2024. ¿Resistirá hasta entonces?

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Dina Boluarte.
Dina Boluarte en conferencia de prensa en el Palacio de Gobierno, en Lima, el 17 de diciembre de 2022.Imagen: Luca Aguayo/AFP/Getty Images

Edward Málaga-Trillo ya no recuerda cuántas veces le dijeron que se olvidara de nuevas elecciones en Perú. "Eso nunca va a pasar”, escuchó una y otra vez el diputado peruano en las últimas semanas. Y también le decían: "No tienen suficientes votos”. Pero 93 diputados allanaron el camino hacia nuevas elecciones, anticipadas en dos años, para abril de 2024, con 30 votos en contra.

Málaga-Trillo todavía está emocionado por el resultado, y dice a DW: "Ahora se ve todo lo que se puede conseguir con perseverancia. Estoy muy satisfecho, porque como salida de la crisis no solo hemos depuesto a Castillo, sino que también logramos que haya nuevas elecciones y reformas”.

La corrosión democrática continúa

¿Mejorará entonces la situación en el país que en las últimas dos semanas agregó una nueva dimensión al concepto de ‘crisis política'? Luego de haber sido depuesto Pedro Castillo y debido a los violentos disturbios, en los que murieron 26 personas y 646 resultaron heridas, la presidenta interina, Dina Boluarte, declaró el estado de emergencia en 15 provincias. "Perú es hoy un país ingobernable, la gente está saliendo a la calle porque está harta de la clase gobernante. Y entonces, inesperadamente, llega Boluarte como la primera mujer en la historia del Perú con la responsabilidad de gobernar, y bajo condiciones extremadamente difíciles. Una prueba de fuego que recién acaba de comenzar”, dice Málaga-Trillo, que es neurobiólogo, y antes de entrar a la política colaboró en guiar a Perú durante la pandemia del coronavirus.

Esa prueba de fuego podría sobrepasar a la abogada Boluarte, la sexta presidenta en seis años en Perú. En su partido de izquierda Perú Libre, la exvicepresidenta y ministra de Desarrollo Social e Inclusión ya no es bienvenida porque rompió con Castillo. Y los parlamentarios conservadores no le creen del todo su giro a la derecha. La región también es campo minado para Dina Boluarte. Mientras que cuenta con el apoyo de gobiernos conservadores como el de Ecuador, Uruguay y Costa Rica, y el de centro izquierda de Chile, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador dejó pronto en claro que no está de acuerdo con el cambio en el poder en Perú. Según él, las élites económicas y políticas forzaron la salida de Castillo. Y los gobiernos de izquierda de Venezuela, Colombia, Honduras y Bolivia pronto salieron a apoyar a López Obrador.

Según Raúl Noblecilla, Dina Boluarte pasará a la lista de los presidentes en el cargo por un corto período en Perú. El abogado y vicepresidente del partido Voces del Pueblo atrajo la atención al asumir en un comienzo la defensa de Pedro Castillo, renunciando a ella a principios de esta semana. "Boluarte llegó al poder junto a Pedro Castillo, con una campaña del partido Perú Libre, que abogaba por un cambio, por más justicia social. Me pregunto en qué se ha convertido, porque sus visiones políticas han cambiado completamente. Lo que necesitamos ahora es un diálogo con una mesa democrática, su renuncia y nuevas elecciones inmediatas”, dijo en entrevista con DW.

Encuestas con resultados desastrosos para Boluarte

Es decir que la nueva presidenta debe recuperar la confianza de políticos como Raúl Noblecilla, y no desilusionar a personas con expectativas como las de Edward Málaga-Trillo. Pero, según sondeos, no puede contar con el apoyo popular. En un estudio del Instituto de Estudios Peruanos, solo un 27 por ciento de los encuestados aprueban a Boluarte. Y casi la mitad cree que bajo su gobierno la situación empeorará.

"Será difícil para ella llegar al fin de su mandato, porque ya de por sí es raro que la población en Perú confíe en un político o una política”, explica a DW Mayte Dongo, analista política de la Universidad Católica de Perú. Para ella, "el error del actual gobierno es no haber iniciado de inmediato un diálogo con los gobernadores. Ellos deberían haber abierto canales para comunicarse con la población que quiere ser escuchada”, dice. Dina Boluarte se enfrenta a una tarea casi imposible. El desencanto de los peruanos con la clase política es demasiado grande. Y también la sensación de la falta de aprecio entre los seguidores de Castillo, que celebraban que uno de los suyos hubiera llegado por fin fin al sillón presidencial.

Las nuevas elecciones son un acuerdo nacido de la necesidad, dice Dongo: "La gente quiere una salida rápida de la crisis, pero lamentablemente no la hay. Por un lado, las elecciones de 2024 están demasiado lejos, y por otro, eso nos sirve para no apurarnos, porque si las elecciones se adelantan demasiado, tendremos a los mismos partidos en el poder que ahora, porque no hay tiempo para inscribir a nuevos partidos”.

(cp/ers)