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El terror y la censura

14 de noviembre de 2002

Después de los ataques terroristas del 2001 en EE.UU., se registra un crecimiento de la censura no sólo en países como Irán, China o Rusia, sino también en naciones occidentales.

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Pen Club.

La lista de aquellos países en donde se persigue a escritores y periodistas por expresar opiniones contrarias al del régimen en el que viven ha registrado un incremento impresionantes desde los ataques terroristas del 2001 contra instalaciones en Nueva York y Washington. Tan sólo en el primer semestre del 2002, el Comité de Escritores en Prisión del PEN Club Internacional, registró los casos de 887 escritores que han sido víctimas de opresión, tortura, encarcelamiento e incluso en 15 casos, de asesinato.

Incremento exorbitante

El promedio anual de casos de opresión a escritores y periodistas era hasta antes del 22 de septiembre del 2001 de unos 750 anuales, incluidos algunos casos que duraban ya muchos años. Sin embargo este nivel fue superado en sólo los primeros 6 meses de lo que va del año, según dio a conocer 'Writers in Prision Comittee'. Se registra especialmente un incremento del uso de violencia y de represalias en forma de detención en África, en donde se utiliza también la amenaza de encarcelamiento para mantener bajo control a los escritores. Lo mismo sucede en Turquía. También en diferentes países sudamericanos se ha registrado un incremento de encarcelamiento o amenaza de encarcelamiento a periodistas y escritores. Ha crecido también el número de amenazas en contra de personas que publican en internet.

La amenaza virtual

Para muchos gobiernos el internet se ha convertido en una amenaza real. Podrán cerrar una casa editorial, prohibir periódicos, detener a redactores y escritores. Sin embargo controlar la red virtual resulta mucho más difícil. Se conocen casos de escritores en China y Túnez que han sido condenados por sus publicaciones en internet. En muchas naciones se ha incrementado el control sobre los cafés internet, especialmente en los países más pobres, en donde la gente no tiene computadoras privadas y tienen que dirigirse a estos cafés para acceder a la red. Puesto que este se ha convertido en el medio de comunicación con el que más rápidamente se puede acceder a un amplio público y pedir atención y ayuda al extranjero, tanto mayores son los esfuerzos por parte de algunos gobiernos de controlarlo.