El sindicalismo pasó de moda
29 de agosto de 2003
Durante la época del milagro alemán, en los años cincuenta, los sindicatos lograron grandes conquistas para los trabajadores, como el aguinaldo para los empleados públicos. El sindicato metalúrgico, IG-Metall, luchó duramente hasta obtener que los padres de familia tengan libre el día sábado, por ejemplo.
Un poco de historia
En la década de los sesenta empezaron a concretarse los primeros acuerdos para lograr un rendimiento económico eficaz. Luego, los años setenta estuvieron marcados por la crisis económica y la incipiente desocupación masiva. Por aquella época se necesitaron los primeros contratos que protegieran a las personas de las máquinas, los así llamados "tratados de protección de la racionalización". La siguiente década estuvo bajo el lema: "reducir los horarios de trabajo". Finalmente en los noventa, se empezó a cuestionar los acuerdos tarifarios que, según los empleadores, se habían vuelto por un lado demasiado estáticos y por el otro, bloqueaban la competencia global.
El tiempo no perdona
Los éxitos del pasado cuentan poco en estos tiempos globalizados. Desde que cayó la cortina de hierro el número de trabajadores asociados a un organismo de este tipo se redujo de 11 millones a 8 millones. Los sindicatos trataron de responder a esta tendencia negativa fusionándose entre sí: las 16 organizaciones sindicales alemanas pasaron a ser solamente 8. Pero aún así, continúan perdiendo asociados constantemente.
Los expertos observan grandes cambios en el mercado laboral. De estos cambios se benefician en primer lugar las mujeres y los empleados de medio horario. El puesto de trabajo de tiempo completo, por ejemplo, en una fábrica es cada vez más raro. Al desaparecer este tipo de ocupación en el mundo laboral del futuro, también desaparecerían los sindicatos.
La gente desconfía del sindicalismo
Una encuesta realizada por DW-TV demostró que gran parte de la población está descreída de los sindicatos. El 63 por ciento de los interrogados opina que los sindicatos eliminan muchos más puestos de trabajo de los que generan. Uno de cada dos trabajadores (51%) cree que los sindicatos paralizan el mercado laboral y tan sólo el 12% piensa lo contrario. DW-TV publicó estos datos pocos días antes que IG-Metall, uno de los mayores sindicatos alemanes, votara su nueva mesa directiva.
Si Mahoma no va a la montaña...
¿Pero será todo tan ideal en el mundo laboral del futuro que no necesitaremos el apoyo de los sindicatos? Sociólogos y economistas se muestran escépticos ante esta tendencia individualista. Los términos "individualización", "flexibilización" e "informatización", cada vez más comunes en el mundo del trabajo, implican la creciente impotencia del individuo, opinan los expertos. Los sindicatos se están transformando en simples asociaciones tradicionales, que rinden algunos servicios para los pocos trabajadores de tiempo completo que van quedando. La única salvación para las organizaciones sindicales es: ir a donde está la gente, ir a sus lugares de trabajo y no esperar a que la gente vaya al sindicato. La montaña tiene que ir hacia Mahoma.