El Salvador: hacia una segunda vuelta impredecible
3 de febrero de 2014Aunque han pasado dos décadas desde el final de la guerra civil salvadoreña, el país centroamericano continúa dividido en dos mitades aparentemente irreconciliables. Esta polarización volvió a quedar en evidencia en los comicios presidenciales celebrados este domingo (2.2.2014): el candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Salvador Sánchez Cerén, obtuvo el 48,9 por ciento de los votos y Norman Quijano, de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), el 38,95 por ciento.
Los diez puntos porcentuales que separan al FMLN de ARENA parecen dejar claro quien ganó la contienda. Pero la ley electoral de El Salvador establece que se irá a una segunda vuelta cuando ninguno de los aspirantes a la presidencia reciba más del 50 por ciento de los votos. Eso complica las cosas para el FMLN porque no se sabe cuántos seguidores de Antonio Saca, candidato del Movimiento Unidad –que quedó en tercer lugar con el 11,4 por ciento de los votos–, apoyarán a Sánchez Cerén en la segunda ronda, pautada para el 9 de marzo.
Algunos analistas prevén que el 60 por ciento de los partidarios del Movimiento Unidad respaldará a ARENA en las urnas y sólo el 25 por ciento votará por el FMLN.
Sebastian Huhn, de la Universidad de Bielefeld, desestima pronósticos tan categóricos. “Es difícil predecir lo que ocurrirá en la segunda vuelta porque mucho depende del magnetismo ejercido por cada candidato y no solamente de la lealtad de los votantes a una determinada corriente política o de los programas de Gobierno presentados hasta ahora”, dice el experto.
Divisiones y alianzas
“El crecimiento de la base electoral del FMLN no se debe únicamente a las cualidades de ese partido, sino también a los quiebres que ha habido dentro de ARENA. En 2009, un grupo formado por exmiembros de ARENA fundó el partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA). Y en estas elecciones, GANA se alió con el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y el Partido de Concertación Nacional (PCN) –liderado por el expresidente Antonio Saca– bajo el manto del Movimiento Unidad”, explica Heidrun Zinecker, de la Universidad de Leipzig.
“De esos partidos, tanto la GANA como el PDC han cooperado con el FMLN durante el Gobierno de Mauricio Funes, a pesar de que éstos no comulgan con la izquierda”, señala la investigadora, sopesando la posibilidad de que Salvador Sánchez Cerén ascienda a la presidencia con el espaldarazo de una parte de la derecha salvadoreña. No obstante, a juicio de Huhn, una cosa es colaborar con un izquierdista moderado como Funes, que no estuvo involucrado de ninguna manera en la guerra civil, y otra cosa es apoyar a Sánchez Cerén.
El peso del pasado y del olvido
“Sánchez Cerén fue un comandante de alto rango de la guerrilla. A él se le atribuyen violaciones de derechos humanos cometidas durante la guerra civil salvadoreña”, recuerda Huhn. En la segunda vuelta, el catedrático de Bielefeld tampoco cuenta con sorpresas propiciadas por un descenso abrupto del abstencionismo, que rondó el 50 por ciento en la primera ronda. “Yo no creo que la participación vaya a aumentar. Los niveles de abstención son altos en El Salvador porque la población está decepcionada de la política”, comenta Huhn.
“De hecho, en Internet se hicieron llamados para que la gente emitiera votos nulos como gesto de protesta contra los grandes partidos del país. En las elecciones de 2009, cuando el FMLN nominó a la presidencia a un candidato con grandes posibilidades de triunfo, la gente se sintió motivada a votar. Y aún así, la abstención fue muy grande. Entre los jóvenes con edad para votar –aquellos que no vivieron la guerra civil salvadoreña–, ni ARENA ni el FMLN representan opciones atractivas. Ambos son mal vistos”, asegura Huhn.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López