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El romance arbitral

5 de marzo de 2010

Un árbitro acusa a su superior de acosarlo sexualmente, el acusado exhibe mensajes que le envió la "victima" en los que se dirige a él como "tesorito".

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Árbitro Michael Kempter.
Árbitro Michael Kempter.Imagen: picture alliance / dpa

La Federación Alemana de Fútbol (DFB) está envuelta en uno de los más grandes escándalos de su historia y en él lo deportivo no desempeña ningún papel, se trata más bien de sexo, homosexualidad, abuso de poder y ambiciones profesionales en el campo del arbitraje. El "amor" y el "deseo" han sacudido el mundo de los silbatos en Alemania de una forma que ni siquiera logró la mafia de las apuestas.

Crónica de los acercamientos indebidos

Michael Kempter, un joven referee FIFA, es el principal protagonista (en el papel de "víctima") del novelón que tiene como "malo" a Manfred Amerell, ex silbato y ex funcionario de la Comisión Arbitral de la DFB (renunció tras conocer las acusaciones), con gran influencia en la asignación y desarrollo de la carrera de los árbitros alemanes.

Árbitro Manfred Amerell.
Árbitro Manfred Amerell.Imagen: picture-alliance/dpa

Kempter, en busca de protección, le confió en diciembre pasado a un funcionario de la comisión arbitral de la Federación Alemana de Fútbol -Volker Roth- los indebidos (y al parecer continuos) acercamientos de Amerell que empezaron, según su descripción, en un auto en Bremen en octubre del 2008.

La DFB inició dos meses más tarde (febrero) una investigación -el tema era el abuso de poder y no la orientación sexual de los protagonistas- y reveló prontamente que Amerell había incurrido en "acercamientos indebidos y acoso", acusaciones a las que éste respondió renunciando a sus cargos y asumiendo la ofensiva. El ex funcionario de la Federación publicó un mensaje de texto corto que le envió Kempter en enero (a poco más de un mes haber presentado su queja) en la que escribió "por qué estamos dañando todo... me duele, sin ti estoy perdido".

Amerell aseguró que con Kempter lo unía una "intensiva amistad" de estricto carácter privado, en la que los aspectos profesionales eran irrelevantes; la DFB, en cambio, lo interpretó de una forma diferente a partir de las acusaciones del principal implicado ("la presión era inmensa, tenía miedo por mi carrera") y las declaraciones juramentadas de por lo menos otros cuatro silbatos que afirmaron que el funcionario también los acosó sexualmente.

Más trapos sucios

La Federación Alemana de Fútbol confiaba en poder dar rápidamente por terminado el desagradable incidente, pero Amerell no se resignó a quedar como el "malo de la película" y por eso demandó a la DFB, que en una negociación extrajudicial -evitando llegar a un tribunal público- se aseguró el derecho de poder seguir hablando de "un caso de acoso" (sexual, se entiende) a cambio de suministrarle al abogado de la contraparte los nombres de todos los otros árbitros que acusaron a su cliente.

El ex funcionario de la comisión arbitral concedió una entrevista en televisión en la que no desmintió su bisexualidad y dijo que su acusador "gustaba de mí, quizás estaba hasta enamorado" al tiempo que aceptó que en tres ocasiones hubo contacto físico entre los dos, según su versión, consentido y de común acuerdo.

Varios diarios alemanes, entre ellos el Süddeutsche Zeitung y Bild, han publicado correos electrónicos enviados por Kempter a Amerell en los que el joven árbitro a todas luces manifiesta una inclinación por su superior.

Una avalancha

Preocupado por el rumbo que han tomado los acontecimientos, la principal figura del fútbol alemán, Franz Beckenbauer, tomó la palabra y dijo que lo que está pasando es "inimaginable" y advirtió que "éste es quizás apenas el principio de una avalancha"; una en la que la homosexualidad, por lo menos en el arbitraje alemán, quedaría al descubierto.

No en vano hay voces que señalan a Amerell como alguien que a lo largo de los años usó su cargo para acercarse sexualmente a los jóvenes silbatos, pero igualmente la "víctima" del escándalo, Michael Kempter, ha sido denunciado por un colega suyo -de acuerdo con su versión- de intentar seducirlo. Las cosas están, por lo tanto, entreveradas.

Autor: Daniel Martínez

Editor: Pablo Kummetz